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Marzo 2025: México en la vorágine de la violencia

La reducción de los homicidios dolosos ya sólo refleja la disminución en datos de mala calidad, anacrónicos para captar las nuevas dinámicas de exterminio del crimen organizado.
vie 02 mayo 2025 06:02 AM
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En 20 estados la violencia homicida aumentó en comparación del año pasado, misma cantidad de entidades en donde incrementaron las personas desaparecidas y no localizadas, apunta Armando Vargas.

Hace unos días, Marcela Figueroa, secretaria ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, mostró que el promedio diario de víctimas de homicidio doloso a nivel nacional se redujo 32.9% en un periodo de casi un año. Una reducción histórica de los datos oficiales. Pero sólo de eso. No de la realidad. No podemos decir que la violencia homicida va en descenso. Al contrario. Existen datos como para sostener que el mes de marzo de 2025 fue el más violento a nivel de los territorios locales en lo que va del año y de la administración de la presidenta Sheinbaum.

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La reducción del dato, no de la violencia

Lo que vemos todos los meses en la mañanera son datos de víctimas de homicidio doloso registrados por procuradurías y fiscalías locales. Estos datos no son confiables para comprender el comportamiento de los propios homicidios dolosos y mucho menos son válidos para ver la dinámica de la violencia homicida. Me explico.

No son confiables porque con mucha probabilidad no reportan con exactitud la cantidad de homicidios dolosos en carpetas de investigación. Ya sea por manipulación u omisión. Por otro lado, no son válidos para medir la violencia homicida porque dejan fuera los mecanismos empleados por las organizaciones criminales y otros actores políticos y sociales para la desaparición sistemática de cadáveres. Que la cifra oficial no capte un asesinato no significa que no haya ocurrido.

La reducción de los homicidios dolosos que nos presentan en las mañaneras solamente es eso; disminución de datos oficiales con amplios márgenes para el sesgo y ciertamente anacrónicos para captar las nuevas dinámicas de exterminio del crimen organizado. No reflejan cambios en los patrones de la violencia.

Para destapar la realidad

Para aproximarnos de una forma más precisa —si bien ciertamente no perfecta— a la violencia homicida, particularmente a la que se refiere al crimen organizado, son necesarios más datos. El propio gobierno cuenta con otros registros que pueden ayudarnos a dicho propósito: feminicidio y personas desaparecidas y no localizadas. No son fenómenos desvinculados. Todos se relacionan con la violencia homicida ejercida por el crimen organizado y sus nuevos mecanismos de exterminio.

Cuando consideramos dichos datos y los problematizamos a nivel de los territorios locales, la realidad es completamente opuesta al oasis de seguridad que nos pintan en la mañanera y en otros canales oficialistas. Resulta mucho más congruente con los hechos y testimonios que vemos en los medios de comunicación locales a lo largo y ancho del país, con la reciente alza en la percepción de inseguridad de acuerdo con Inegi y la enorme preocupación sobre la situación de inseguridad que constantemente expresan las y los mexicanos en las encuestas de opinión apartidistas.

Estados bajo fuego

En marzo, México Evalúa reportó 10 entidades con un balance muy negativo de violencia homicida. Es el número más alto de entidades en esta situación desde que inició el sexenio de la presidenta Sheinbaum. Dicho de otro modo, prácticamente un tercio del país se encuentra en el peor escenario posible. Son las entidades con las tasas más altas de violencia homicida (considerando asesinatos, feminicidios y desapariciones) y las mismas registran una tendencia al alza en comparación del año anterior: Sinaloa, Tabasco, Guanajuato, Baja California, Michoacán, Quintana Roo, Puebla, Nayarit y Ciudad de México. Todas estas entidades actualmente son disputadas de forma muy violenta por diversas organizaciones criminales. Sí, incluida la CDMX, en donde no paran las ejecuciones entre sicarios jóvenes.

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Rumbo a la vorágine de la violencia

No sólo eso, en 20 estados la violencia homicida aumentó en comparación del año pasado, misma cantidad de entidades en donde incrementaron las personas desaparecidas y no localizadas. Son estados que pronto podrían empeorar su calificación en materia de seguridad. El dato es demoledor porque evidencia que la política de combate frontal y debilitamiento operativo emprendida por el gobierno de Sheinbaum podría estar propiciando la fragmentación de grupos e incentivando la disputa violenta por los territorios, situación que queda invisibilizada cuando sólo se miran los homicidios dolosos. Es una hipótesis que no puede descartarse. Lo que es un hecho es que la política de seguridad, al menos, no está logrando frenar la expansión territorial de la violencia.

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Nota del editor: Armando Vargas ( @BaVargash ) es doctor en Ciencia Política, profesor universitario en la UNAM y coordinador del programa de seguridad pública de México Evalúa ( @mexevalua ). Las opiniones publicadas en esta columa corresponden exclusivamente al autor.

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