A muchas personas les sucede que, en ocasiones, se sienten seguras al tomar decisiones, incluso cuando no cuentan con información completa. Esto es algo más común cuando se trata de opinar o actuar. En un contexto donde el acceso masivo a datos e información está al alcance de un solo clic, resulta importante preguntarnos si realmente contamos con los elementos necesarios para tomar decisiones, pues la confianza que depositamos en nuestras percepciones puede, en muchos casos, ser engañosa.
¿Tomamos decisiones o emitimos opiniones sustentadas en información suficiente?
El estudio "La ilusión de la información adecuada", publicado en Plos One, advierte que tendemos a sentirnos confiados en nuestras decisiones, aun cuando carecemos de información, lo que puede generar consecuencias desde lo personal hasta lo social.
Esta investigación dividió a participantes en grupos con diferentes niveles de información para resolver un problema. Y el sentido común nos diría que aquellas personas con más datos estarían más seguras de sus decisiones; sin embargo, los resultados demostraron lo contrario: las personas que recibieron menos información mostraron mayor confianza en sus conclusiones en comparación con aquellos que disponían de más datos. Esta curiosa situación puso de manifiesto que, cuanto menos sabemos, más seguros nos sentimos de opinar y tomar decisiones. A pesar de que ignoramos, justamente, que podemos desconocer la realidad.
La explicación podría ser sencilla: no solemos ser conscientes de lo que desconocemos. Por el contrario, nos centramos en la información disponible y omitimos cuestionarnos si es suficiente. Este error cognitivo, denominado "ilusión de la información adecuada", puede hacer que creamos que nuestras decisiones son fundamentadas, aun cuando ignoramos aspectos cruciales.
Este fenómeno subraya la importancia de mantener una actitud crítica frente a la información que manejamos, y preguntarnos si realmente contamos con todos los elementos necesarios para tomar una decisión. Esto no implica dudar de todo, sino ser autocríticos y estar abiertos a la posibilidad de que nuestra percepción puede estar basada en información incompleta.
En un mundo saturado de información, es fácil caer en la trampa de creer que sabemos más de lo que comprendemos. Si esto lo llevamos a debates públicos en temas políticos o sociales, las personas, a menudo, se sienten seguras de sus opiniones sin tener en cuenta que les falta información crucial, lo que puede generar polarización o la toma de decisiones equivocadas.
La "ilusión de la información adecuada" requiere de una visión más completa y precisa de los hechos que escuchamos o apenas conocemos, y mantener una acción crítica para formular preguntas que nos permitan explorar diferentes perspectivas: ¿Qué más necesito saber? ¿De dónde provienen los datos?¿Hay algo que podría estar omitiendo? Esta reflexión nos permitirá tener una percepción más equilibrada de los problemas y tomar decisiones más acertadas.
En un entorno donde la información abunda, debemos reconocer que siempre hay más por aprender. Contrarrestar, investigar y ser conscientes del poder de las palabras para contribuir a un debate más respetuoso y responsable.
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