El año de renovación de las democracias en el mundo concluye este noviembre con la elección presidencial en Estados Unidos. La carrera democrática está envuelta en un proceso judicial en contra de Donald Trump, candidato del Partido Republicano por tercera vez consecutiva, y Joe Biden por el Partido Demócrata; quien tuvo una de las peores actuaciones en un debate televisado de la historia contemporánea.
Sin tregua en el horizonte: el aparatoso primer debate presidencial en EU
El 5 de noviembre se define el próximo periodo presidencial en Estados Unidos, esta vez bajo el contexto más incierto de las democracias del continente americano que renovaron el poder ejecutivo entre 2023 y 2024. El representante del Partido Republicano, el expresidente Donald Trump –contendiente por tercera ocasión– fue declarado culpable de los 34 delitos imputados por el caso Stormy Daniels el pasado 30 de mayo en una corte de Nueva York.
Si este precedente legal no fuera suficiente, Trump enfrenta otras tres causas penales en los Estados Unidos por presunto fraude electoral en 2020 e intervención presidencial durante los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio. Por increíble que parezca, ninguno de los juicios contra el expresidente Trump podría frenarlo de ser el candidato oficial del Partido Republicano, que definirá su suerte el próximo 15 de julio durante la Convención Republicana, cuatro días después de la sentencia de los 34 cargos comprobados por falsificación promovidos por Stormy Daniels, actriz de cine para adultos.
Solo un posible escenario pudo darle ventaja a Trump en la opinión pública, y ocurrió: el desmoronamiento de la imagen de Joe Biden después del desastroso primer debate del 27 de junio. El actual presidente de los Estados Unidos no pudo mantener la elocuencia de sus propias respuestas y titubeó en repetidas ocasiones. Los usuarios en redes sociales se alarmaron por la integridad física de Joe Biden, y la discusión se centra en la incapacidad del candidato del Partido Demócrata para renovar el periodo presidencial otros cuatro años.
Para este ejercicio, tomamos datos de la plataforma Brand 24 de usuarios hispanoparlantes localizados en los Estados Unidos, quienes muestran reacciones genuinas e incertidumbre del próximo proceso electoral.
Tan solo en las audiencias hispanoparlantes que se encuentran en el territorio estadounidense en redes sociales, el alcance de ambos candidatos se catapultó hasta las 10 millones de interacciones durante la transmisión del debate. En esta ocasión, los dos representantes tuvieron una gran cantidad de reacciones negativas, que los empata como candidatos con poca aprobación ante la opinión pública.
La imagen de ambos partidos también está pasando por un momento de crisis. Los usuarios hispanos en redes sociales están interesados en participar en la conversación sobre las próximas elecciones en Estados Unidos, sin favorecer la narrativa de un candidato sobre el otro. Los dos partidos definirán en última instancia a los candidatos durante sus respectivas convenciones, pero la opinión pública ya tiene la primera impresión de uno de los peores debates de la historia contemporánea.
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Nota del editor: Alejandra G. Marmolejo es profesora de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno e investigadora del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.