En una lectura simplista y superficial de la situación, durante su conferencia en la mañana del 18 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador descalificó a la suspensión de Estados Unidos a la importación del aguacate de Michoacán como una acción aislada, por ser una “medida unilateral,” e implicando que no podía ser prevista debido a que fue causada por las dinámicas de la política electoral en Estados Unidos: "ya se está viendo, se está buscando un acuerdo. Siempre hay estas medidas unilaterales, pero pues esas son sus políticas" y "ahí los vamos convenciendo de que actúen de otra manera, pero lleva tiempo".
No más sorpresas: suspensión de inspecciones de aguacates y mangos en Michoacán
El que la suspensión de inspecciones haya tomado a México desprevenido no significa que la sorpresa ante dicha acción estuviese justificada.
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El viernes 14 de junio, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Servicio de Inspección Sanitaria (USDA y APHIS, respectivamente, por sus siglas en inglés) notificaron que a partir del sábado detendrían las exportaciones de aguacate y mango provenientes de Michoacán.
El gobierno de Estados Unidos tomó esta decisión después de que ese viernes dos inspectores fueron retenidos y agredidos durante una manifestación y bloqueo por supuestos comuneros en Aranza, Michoacán. Una semana después ha habido algunos avances. El viernes 22, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, anunció que las inspecciones se reanudarán gradualmente, en la medida en que se avance en protocolos y revisiones de seguridad.
Asimismo, el sábado, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, anunció la posibilidad de que el USDA y APHIS acrediten el proceso de certificación que su gobierno implementará para evitar la comercialización de aguacate producido de manera ilegal.
El considerar esta suspensión como una de tantas medidas unilaterales que “suceden” en la relación bilateral no es justificable, como tampoco lo es el que la suspensión tomara por sorpresa al gobierno de México y al de Michoacán. Esta lectura superficial pierde importantes elementos de fondo de la estructura institucional y mecanismos de coordinación que influyen en el desarrollo de la relación con el socio económico más importante de México.
El que la suspensión de inspecciones haya tomado a México desprevenido no significa que la sorpresa ante dicha acción estuviese justificada. Primero, en general, la inseguridad y corrupción, aumenta los costos de transacción a los flujos comerciales y de inversión que tienen a México como destino y han sido un tema de preocupación para Estados Unidos desde hace tiempo. Segundo, la realización de estas inspecciones es del conocimiento de ambos países, pues forma parte de un acuerdo entre ellos.
Además, ya había existido, por lo menos, un evento similar en febrero de 2022, cuando Estados Unidos también suspendió por dos semanas las inspecciones, y con ello las exportaciones de aguacate, después de que un empleado del USDA fue amenazado al identificar irregularidades en la procedencia del aguacate.
El no haber previsto este segundo episodio apunta, en parte, a que, particularmente en los últimos seis años, la relación entre México y Estados Unidos se ha caracterizado por su informalidad y por ser de carácter personal entre los actores políticos. Tampoco es justificable el que, teniendo clara la relevancia del tema de seguridad para el desarrollo de la relación económica entre México y Estados Unidos, y con la experiencia de una suspensión de inspecciones y exportaciones previa, no se usara ese conocimiento y los mecanismos desarrollados en esa ocasión para prevenir este segundo episodio. Sin embargo, esta situación es entendible, pues una de las maneras en que se muestran los efectos de la informalidad en la relación es en la poca coordinación con las dependencias estadounidenses que inciden en la política económica exterior de México.
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Finalmente, descalificar la suspensión de inspecciones de Estados Unidos como parte de una serie de eventos unilaterales, aislados, sin grandes consecuencias para la relación bilateral, muestra una perspectiva limitada y preocupante.
En una relación económica, los problemas se resuelven de forma más frecuente mediante acciones unilaterales cuando no existe un entramado institucional y de coordinación capaz de conducirlos con mayor certeza. Las acciones unilaterales de nuestro principal socio comercial no son irrelevantes. Por ejemplo, consideremos un escenario extremo, caricaturizado, de una (no improbable) ola de violencia en alguna región de México y manteniendo la lógica que siguió Estados Unidos al suspender las inspecciones de aguacate y mango: ¿qué le impediría a Estados Unidos emitir una alerta roja a sus funcionarios, como previamente lo ha hecho para que sus ciudadanos no visiten ciertas zonas, y detener así inspecciones, otros procesos o simplemente bloquear las exportaciones de dicha región por considerar que la producción puede estar vinculada con el crimen organizado?
En una relación tan compleja como la que se tiene con Estados Unidos, ningún evento es aislado o carente de consecuencias. Cada evento, problema y solución va modelando la relación y expandiendo o acotando las posibilidades de la misma.
Esta reflexión se vuelve particularmente relevante si pensamos que estamos en camino a la renegociación del T-MEC. No queremos llegar ahí con el entramado institucional debilitado que tenemos, privilegiando soluciones informales, con falta de coordinación entre los distintos niveles de gobierno y dependencias dentro de México y con las contrapartes correspondientes en Estados Unidos. Es peligroso llegar a la renegociación con los frentes que abre la discrecionalidad a la visión corta del: “siempre hay estas medidas unilaterales, pero pues esas son sus políticas” y “ahí los vamos convenciendo de que actúen de otra manera, pero lleva tiempo.”
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Nota del editor: Ninfa M. Fuentes Sosa es Profesora-Investigadora Titular de la División de Estudios Internacionales del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Escríbele a ninfa.fuentes@cide.edu Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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