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#ColumnaInvitada | Narrativas de odio, estrategias de combate electoral

Descalificaciones por razones de raza, género o religión nublan la conversación en redes sociales.
lun 13 mayo 2024 06:07 AM
#ColumnaInvitada | Narrativas de odio, estrategias de combate electoral
Para estar en condiciones de detectar las violencias discursivas es indispensable tomar en cuenta que éstas se encuentran normalizadas y, por tanto, invisibilizadas, apunta Maricarmen Fernández Chapou.

La desinformación puede convertirse en una manera de amplificar el discurso de odio, especialmente en el contexto de campañas electorales. Algunas de estas narrativas, que tienen como fin atacar a las personas debido a su etnia, religión, identidad sexual u origen, son globales y se repiten una y otra vez, adaptándose a cada país. La conversación en redes en torno a las elecciones en México 2024 no ha sido la excepción.

Los tres candidatos han sido blanco de burlas y críticas en redes por algún aspecto de su personalidad, físico, identidad u origen. Especialmente las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.

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En el contexto mexicano, marcado por una cultura machista y con graves problemas de violencia de género, el hecho de tener en la terna presidencial a dos mujeres enciende las alarmas, y dispara la necesidad urgente de vigilar que no se sume la llamada violencia política en razón de género. Diversos organismos como el INE han tomado acciones para combatir este tipo de violencia que afecta el derecho humano de las mujeres a ejercer el voto, a ser electas en los proceso electorales o a ejercer el cargo, entre otras cosas.

En un entorno de desinformación, las narrativas violentas se superponen unas sobre otras. No basta con las narrativas informativas con sesgos de este tipo, sino que además estos son potenciados o magnificados en las redes sociales, donde los contenidos noticiosos conviven con memes y fake news.

Como alerta la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), “los ataques hacia las mujeres por ser mujeres tienen como trasfondo la descalificación y una desconfianza sistemática e indiferenciada hacia sus capacidades y posibilidades de hacer un buen trabajo o ganar una elección”.

En el caso de las candidatas, se les ha señalado por ser mujeres y, además, por su origen. A Claudia Sheinbaum le han llovido ataques por su ascendencia judía, y a Xóchitl Gálvez, por su origen indígena.

Desde que Vicente Fox llamó a Sheinbaum “judía húngara”, dicha expresión de odio ha sido replicada y subrayada por mensajes manipulados o falsos en redes. Un ejemplo es la fotografía alterada que circuló ampliamente en WhatsApp y Facebook donde mostraba supuestos tatuajes satánicos en el hombro. Lo que la candidata en realidad lleva tatuadas, como ha verificado AFP Factual , son tres mariposas, en recuerdo a su familia.

Las asociaciones que se han hecho de su origen judío con las causas políticas son asimismo desproporcionadas. El texto al calce de la falsa fotografía en WhatsApp cierra con la petición de compartir la imagen debido a que “está en riesgo nuestra libertad”; la misma imagen montada en Facebook asegura que “ahora ya lo saben. Un cristiano, católico no puede votar por una satanista”. De igual modo, una postal que prometía educación , ilustrada con una foto de ella cargando a un bebé, fue alterada con la falsa leyenda “vamos por la circuncisión obligatoria y gratuita para los recién nacidos”, y hace unos meses también circuló la falsa noticia de que convertiría la Basílica de Guadalupe en un museo. En una sociedad católica y guadalupana como la mexicana, esto es, definitivamente, mala prensa.

Respecto a Xóchitl Gálvez, su origen indígena y humilde fue utilizado en campaña como un valor positivo a favor de su candidatura, sin embargo, en uno de los post de Facebook con mayor número de interacciones (4,494), se hace mofa de su origen humilde, de cuando vendía gelatinas para ayudar a su madre, historia que se ha contado en múltiples ocasiones para destacar el esfuerzo de la candidata, hoy Ingeniera y empresaria, por salir adelante ella sola gracias al trabajo. En el meme se le ridiculiza por ese hecho y se le representa, además, como un “fenómeno”.

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Otra postal popular en días recientes (3,498 interacciones) hace mofa de la candidata comparándola con el personaje indígena del mismo nombre, Xóchitl, en la saga “Las Leyendas”: la pone como un personaje “de relleno” que “no afecta la trama”; otro meme (2,688 interacciones) la etiqueta como “Botarga” y coloca su foto junto a una rata. Otro más hace burla de su físico al retratarla como un “mal dibujo” de la cantante Ángela Aguilar.

Para estar en condiciones de detectar las violencias discursivas es indispensable tomar en cuenta que éstas se encuentran normalizadas y, por tanto, invisibilizadas. Y pueden constituir prácticas tan comunes que no se cuestionan. Después del primer debate entre los candidatos, la sonrisa de Jorge Álvarez Máynez desató una ola de memes… y risa.

Los rasgos físicos no son cartas de presentación en la política. O no debieran serlo. No obstante, en comparación con las narrativas de odio por raza, religión o género en las redes, en torno a las candidatas, las mofas de la sonrisa de Álvarez Máynez son minucias, y aquellas pueden llegar a ser muy peligrosas.

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Nota del editor: Maricarmen Fernández Chapou es investigadora del Observatorio de Medios Digitales del Tecnológico de Monterrey . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

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