Posteriormente, Sitaudi emplazó a huelga y los directivos de la empresa acusaron al sindicato de dar información falsa a los trabajadores y llevaron el caso a tribunales. Por su parte, distintas cámaras empresariales manifestaron su preocupación por los posibles efectos negativos de la huelga a futuras inversiones en el país e instaron a las partes a resolver sus diferencias.
Asimismo, la Federación de Sindicatos Independientes de las Industrias Automotriz, Autopartes, Aeroespacial y del Neumático (FESIIAAAN), entre los que se encuentran Volkswagen, Audi, General Motors, Saint Gobain y Goodyear, hizo un llamado a las autoridades y la empresa para mantener el respeto por el derecho de huelga de los trabajadores de Audi.
El pasado jueves se realizó una audiencia en el Tribunal Laboral Federal de Asuntos Colectivos, en la que no se llegó a ningún acuerdo. Sin embargo, dos días después, la empresa anunció haber llegado a un acuerdo de aumento al salario del 5% más 2% en las prestaciones. No obstante, la propuesta todavía debe ser votada por los trabajadores.
La importancia de esta huelga radica en que es la primera de la industria automotriz en el sexenio y la primera de la marca desde que inició sus operaciones en el país en 2016.
Si bien de acuerdo Audi el conflicto terminó luego de alcanzar un acuerdo con los trabajadores, algunos líderes sindicales advierten que los diferendos no se han resuelto. Si efectivamente el conflicto continúa, las ventas de autos de Audi y su cadena de suministro, que atienden la producción de 750 camionetas Q5 por día, se verían afectadas, en particular, frente a la competencia de países como India, Turquía y Brasil. Esto impactaría de manera importante a Grupo Volkswagen, que, de acuerdo con el reporte de ventas de vehículos ligeros de la Asociación Mexicana de Distribuidores (AMDA), contribuyó con el 11% del total de ventas en el mercado nacional, en 2023, con lo que se posicionó en el tercer lugar del rubro en el país.
Además del apoyo de los sindicatos mexicanos a la huelga de los trabajadores de Audi, también es probable que haya permeado la influencia de la huelga del sindicato estadounidense United Auto Workers (UAW), que ocurrió el año pasado y tuvo enormes dimensiones. Incluso, los sindicatos mexicanos de Audi y Volkswagen mostraron apoyo a la huelga del UAW y éste ha correspondido con el apoyo a la huelga del Sitaudi por medio de un comunicado.
Tras el triunfo del UAW, que consiguió mejoras laborales para los trabajadores estadounidenses, la disparidad salarial entre países de América del Norte se hará más evidente. Por tanto, es probable que los trabajadores de la industria automotriz mexicana vean en esta huelga un antecedente para renegociar sus contratos colectivos de forma más decidida, utilizando como herramienta los mecanismos de respuestas rápidas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Dichas disputas laborales con Estados Unidos cobrarán mayor relevancia conforme se acerque la revisión obligatoria del T-MEC en 2026. Además, habrá que estar atentos a las elecciones presidenciales de Estados Unidos, pues Donald Trump ha esgrimido una agenda proteccionista para la producción automotriz estadounidense. Si el republicano regresara a la Casa Blanca e impusiera aranceles sobre nuestro país, o bien diera incentivos a las armadoras para producir en Estados Unidos y no en México, entonces el sector automotriz mexicano se vería en graves problemas.