Publicidad
Publicidad

#ColumnaInvitada | Lo rancio de la nueva política de Samuel

El resultado de la crisis política y constitucional provocada por Samuel García, se quedó muy lejos de ser que él esperaba, todo se le revirtió.
lun 04 diciembre 2023 06:00 AM
samuel garcía
Ante la crisis de ingobernabilidad, el gobernador de Nuevo León renunció a su candidatura presidencial.

Cada día se vuelve más evidente que López Obrador fue el principal impulsor de la candidatura de Samuel García. Su postulación se ajustaba con precisión a la estrategia del presidente.

Las aspiraciones políticas de Samuel se nutrieron no sólo de enorme ambición, su desconexión con la realidad y su deseo de protagonismo, siempre fueron más allá de la simple candidatura la Presidencia; también buscaba congraciarse con el presidente por 'extrañas razones' que sólo él conoce; aunque él solo hecho de estar amparado contra órdenes de aprehensión que pueden venir próximamente, nos dan una clara idea.

Publicidad

López Obrador busca asegurar su sucesión con Claudia Sheinbaum, y además, obtener una mayoría calificada en el Congreso. Esta mayoría le daría la capacidad de realizar reformas constitucionales que no pudo lograr durante su mandato, como la posible eliminación de la autonomía del Poder Judicial o la virtual desaparición del INE.

Para lograr este objetivo, no le es suficiente contar con el respaldo de sus aliados del Partido del Trabajo y del Verde; López Obrador también busca una tercera candidatura que reste votos a la oposición.

Samuel García estaba consciente de sus nulas posibilidades de ganar la Presidencia y pero decidió asumir el papel de un auténtico esquirol. Su principal objetivo fue ser funcional a la estrategia del presidente sin perder el control de Nuevo León. Él sabía perfectamente que en junio próximo tendría que regresar para concluir su mandato.

García tuvo la misión de generar la percepción de que podía desplazar a Xóchitl Gálvez y relegarla al tercer lugar en la contienda presidencial. Para lograr esto, contaba con el respaldo no sólo del presidente López Obrador, sino también de su eficiente maquinaria política y su aparato gubernamental.

En su obsesión por ser lo más útil posible a la estrategia del presidente sin renunciar al control de Nuevo León, Samuel recurrió a una amplia variedad de tácticas políticas, todas ellas basadas en la mentira y la falsedad.

Frente a las sentencias del Tribunal Electoral y la Suprema Corte, que confirmaron que sólo el Congreso de Nuevo León tenía la facultad constitucional para nombrar a un gobernador interino, logró obtener un amparo de un juez de lo laboral en la Ciudad de México. Su argumento se basó en el derecho al trabajo de su secretario de Gobierno, Javier Navarro, a quien pretendía nombrar como gobernador interino.

A pesar de que el Congreso, ejerciendo sus facultades, nombró al gobernador sustituto el 29 de noviembre, García hizo un enorme berrinche y convocó a una turba violenta de miembros de su partido con la intención de interrumpir la sesión, aunque no al final lograron su cometido.

Publicidad

Samuel mintió al negar que los reventadores que ingresaron violentamente al Congreso fueran sus simpatizantes; muchos de ellos han sido identificados como miembros de MC.

También Dante Delgado, presidente nacional del partido, mintió al afirmar que el nuevo gobernador interino, Luis Enrique Orozco, fue elegido mediante "actos vandálicos, ilegales y antidemocráticos del PRI y del PAN". Los verdaderos actos de vandalismo fueron perpetrados por los seguidores de MC que irrumpieron violentamente en la sesión.

Samuel García pretendió desviar la atención de los hechos al afirmar que elementos de la Fiscalía del Estado ingresaron al pleno del Congreso de Nuevo León armados y con la intención de intimidar y agredir a los diputados. En realidad, los policías ministeriales ingresaron al recinto a solicitud del presidente del Congreso, Mauro Guerra, con el propósito de salvaguardar el recinto y contener la violencia de los seguidores de Samuel.

El resultado de la crisis política y constitucional provocada por Samuel García, se quedó muy lejos de ser lo que él esperaba. Todo se le revirtió.

Entre injurias y burlas, Samuel ordenó flanquear con elementos policiacos la sede del Gobierno del estado para impedir por la fuerza que Enrique Orozco asumiera el cargo como gobernador interino.

Lo que no calculó García fue que –de último momento–, la Suprema Corte habría de publicar un comunicado instando al Gobierno del estado a facilitar que Orozco tomara posesión del cargo.

Así, la SCJN desmoronó las aspiraciones de Samuel, ya no mantendría el control del gobierno estatal mientras emprendía su aventura electoral, no le quedó más remedio que dar reversa a sus aspiraciones y anunciar que retomaba sus funciones como gobernador.

De ese tamaño es el miedo de Samuel García a ser auditado y fiscalizado en su actuar como gobernante, de ese tamaño es lo que esconde.

Presenciamos un vergonzoso capítulo en la corta y, hasta ese momento, exitosa carrera política de Samuel García. Su inmadurez, su radicalismo y su perversidad dilapidaron todo su capital político construido y dejaron claro que lo que menos le importa es el bienestar de Nuevo León y de México en general.

Samuel García se convirtió en un enorme lastre para su estado y para su partido. La conducta infantil y la soberbia que exhibió durante esta crisis, serán el único recuerdo que quede de su fugaz carrera política.

Es una pena, pero la 'nueva política' resultó ser aún más rancia que la vieja.

_____

Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

Publicidad

Newsletter

Los hechos que a la sociedad mexicana nos interesan.

Publicidad

MGID recomienda

Publicidad