Con este trasfondo, el gobierno mexicano decidió prohibir, mediante un decreto, el uso de maíz transgénico u organismo genéticamente modificado (OGM) y sustituir gradualmente el uso de glifosato —el herbicida más utilizado en el mundo— para 2024. Esto detonó que la Oficina de la Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) solicitara, el pasado 6 de marzo, iniciar formalmente las consultas técnicas sobre productos de biotecnología agrícola al amparo del T-MEC, en particular, del Capítulo de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF).
¿Cómo llegamos a este punto?
El 31 de diciembre de 2020, el gobierno mexicano publicó el decreto que establecía la sustitución gradual del uso de glifosato y la prohibición del uso del maíz OMG. Luego de repetidas quejas por parte de organizaciones de productores y congresistas —principalmente del estado de Iowa, con fuerte peso político por su pujante sector agropecuario—, en diciembre de 2022, ambos países acordaron que se podría importar maíz amarillo de Estados Unidos a México hasta enero de 2025 (sin incluir el destinado a consumo humano).
Posteriormente, el 30 de enero de 2023, nuestro vecino del norte envió una solicitud formal por escrito a México para obtener “una explicación de los motivos” y pruebas “científicas” para fundamentar las prohibiciones, así como las “evaluaciones de riesgo” que respaldan las medidas relativas a la prohibición de productos biotecnológicos. La carta establecía como fecha límite para ser respondida el 14 de febrero.
Para atemperar —sin éxito— las quejas de Estados Unidos, el 13 de febrero de 2023, el gobierno mexicano publicó un nuevo decreto. Éste permite expresamente la importación de maíz OGM para forraje e industria, y establece un periodo paulatino para la prohibición total del glifosato del 14 de febrero al 31 de marzo del 2024. Asimismo, determina que será la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) quien integrará un protocolo de investigación conjunta para que se realice un estudio sobre el consumo del maíz OGM y los posibles daños a la salud.
Como respuesta, el 15 de febrero de este año, legisladores estadounidenses expresaron nuevamente su desaprobación a las políticas agrícolas mexicanas, mediante una carta dirigida a la representante Comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, en la que argumentaron que éstas causarían graves perjuicios a sus agricultores.
El 24 de febrero de 2023, la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y la representante Tai sostuvieron una reunión virtual con el objetivo de dialogar respecto al nuevo decreto sobre maíz. En esa reunión, la funcionaria mexicana reiteró que el decreto aporta certeza regulatoria; sin embargo, cuatro días después, Sam Michel, vocero de la USTR, respondió a la carta señalando que el decreto no tiene un sustento científico.