#ColumnaInvitada | De aquí para el real

Ya tomamos el rumbo de la plena participación. Ahora no equivoquemos y dejemos de ser protagonistas del cambio y la evolución permanente.
La marcha ciudadana del domingo 13 de noviembre no fue un destino, sino apenas el punto de arranque de una nueva época en la cual podremos impulsar los cambios profundos que el país aún requiere, señala Juan Francisco Torres Landa.

Seguimos con el pulso intenso después de una jornada ciudadana ejemplar. Lo que algunos ilusos en el gobierno dudaron o quisieron impedir finalmente sucedió. Estamos seguros de que el domingo 13 de noviembre se escribió una página importante en nuestra historia cívica.

Ese día salimos cientos de miles de personas en la CDMX y en más de 40 ciudades en el resto del país (e incluso varias en el extranjero) con un solo propósito, defender nuestra democracia al blindar al INE del acecho autoritario por parte del partido en el gobierno actual.

Más allá del hecho de haber logrado la masividad en las calles, lo que atestiguamos es que cuando existen temas de fondo, cuando se amenazan nuestras libertades, cuando se pretende cambiar el rumbo del país arbitrariamente, y cuando se quiere abusar del poder, la ciudadanía reacciona y pone límites. Si bien es cierto en muchos temas ha prevalecido apatía y desinterés, en esta fecha se ha reivindicado plenamente el carácter esencial del derecho de expresión, reunión y manifestación.

Y es que como lo dijo José Woldenberg (único orador en el evento en el Monumento a la Revolución), la esencia ciudadana es la de no comprometer o dejar perder conquistas democráticas, en particular por lo que se refiere a la autonomía del INE. Muchas vidas se han perdido en la lucha por abrir espacios democráticos, y no estamos como país dispuestos a permitir que haya quien quiera regresar las manecillas del reloj a una época que ya dejamos atrás hace décadas.

Pero ahora lo importante es reconocer que la marcha ciudadana no fue un destino, sino apenas el punto de arranque de una nueva época en la cual podremos impulsar los cambios profundos que el país aún requiere para llegar a una condición real de atención de los grandes problemas nacionales. La primera escala en la ruta de la redefinición nacional pasa necesariamente por los procesos comiciales de 2023 y 2024.

Requerimos entonces perfilarnos hacia una ruta de importantes definiciones en rubros muy importantes. Los aspectos más relevantes tienen que ver con lograr que haya un programa de reconstrucción nacional en que se aborden los aspectos más importantes para que el país aborde todos los temas que son necesarios para llegar a tener una verdadera nación democrática, justa, pareja y equitativa.

Esto presupone un proceso de consulta nacional que ya está en curso a través de la plataforma en WhatsApp de Unid@s que permite que todos los ciudadanos puedan aportar sus ideas sobre los aspectos más importantes para la redefinición nacional.

El resultado de dicha consulta habrá de generar una gran propuesta de tareas, programas y costos para lograr la ejecución de las nuevas tareas de una nación progresista con plena visión del siglo XXI. De hecho será este programa el que permita catalizar las bases para un gobierno de coalición, uno que implique que todos los partidos de oposición se comprometan con dicho plan nacional para asumir compromisos formales frente al electorado. La meta es que tengamos una definición clara de lo que se va a realizar en el futuro gobierno para no estar expuestos a no saber lo que pueda pasar.

Ya con un plan de gobierno y compromisos formales, entonces la clave será la unidad electoral con una sola candidatura a la presidencia en 2024, encabezándola una persona con el beneplácito de amplios sectores de la población que puedan opinar de entre un abanico de personas que levanten la mano y así se seleccione a quien mejores condiciones pueda ofrecer para ser competitiva y ganar con margen los comicios. Nada de acuerdos cupulares, se requieren definiciones a la luz ciudadana y así tener legitimación amplia de la persona que ostente la candidatura única en 2024.

Nos toca entonces a la ciudadanía un rol activo y permanente para llegar a las grandes definiciones nacionales. Ciertamente hoy en día vivimos una emergencia permanente ante la presencia de un gobierno federal cuya misión destructora es de alcances piromaniacos. Pero por ello es que debemos redoblar esfuerzos para salir adelante con altura de miras. Nunca más apatía, desinterés o complicidad. Nos toca ser activos y participativos porque es la única forma de contener los impulsos de personas que en vez de servir pretenden servirse del poder. Demagogia crónica, demencial y patológica que se reproduce cada mañana, y cada vez con mayores grados de radicalización.

Ya tomamos el rumbo de la plena participación. Ahora no equivoquemos y dejemos de ser protagonistas del cambio y la evolución permanente. De aquí para el real México nos requiere más Unid@s y activos que nunca. Los retos son formidables, pero el entusiasmo demostrado prueba que podremos salir adelante y dar un recuento favorable de una nación que puede y debe ser tan grande como su historia, cultura y tradiciones.

No nos para nada ni nadie. Convicción plena en un futuro merecido para una gran nación que tendrá justicia, equidad, educación, salud, desarrollo y oportunidades para todos.

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es miembro del Consejo Directivo de UNE México.