#LaEstampa | Ken Salazar, el amigo de AMLO

El embajador de Estados Unido en México, Ken Salazar, se ha convertido en un peón de la agenda más tóxica del presidente de México: la polarización, la desinformación, la persecución.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que Ken Salazar representa "bien al gobierno de Estados Unidos", pero también comprende la situación de México.

Cuando el gobierno de Joe Biden propuso a Ken Salazar como embajador en México, uno de los discípulos de Salazar en Washington me llamó para celebrar el nombramiento.

Me dijo que la experiencia y mano izquierda de Salazar serían fundamentales para construir una relación productiva, pero también para defender los intereses diversos de Estados Unidos en México. “No le va a temblar la mano para hablar claro”, dijo.

El martes le envié el reportaje de portada del New York Times, que pinta a un Ken Salazar muy distinto al diplomático hábil y experimentado en el que confiaba mi amigo. La nota, escrita por la corresponsal Natalie Kitroeff, describe un vínculo entre Salazar y el presidente López Obrador que va más allá del entendimiento y la simpatía (ambas, de celebrarse).

“Esto me deja anonadado”, me dijo el discípulo de Salazar después de leer el trabajo periodístico.

No es para menos.

De acuerdo con el reportaje, Salazar se ha comprado el supuesto fraude del 2006, mito fundacional del lopezobradorismo. Y no solo eso. Quizá más grave todavía, el embajador de Estados Unidos se ha tomado en serio la teoría de la conspiración del presidente que sugiere que grupos como Mexicanos Contra la Corrupción son actores políticos que merecerían perder cualquier apoyo estadounidense.

El reportaje hace la crónica de una reunión entre Salazar y María Amparo Casar sobre la naturaleza y las intenciones de Mexicanos Contra la Corrupción. El tono de Salazar en esta conversación es francamente siniestro, y mucho más para un embajador de la Casa Blanca en México.

En pocas palabras, Ken Salazar se ha convertido en un peón de la agenda más tóxica del presidente de México: la polarización, la desinformación, la persecución.

Está claro desde hace tiempo que al gobierno de Estados Unidos no le importa otra cosa que el papel del gobierno mexicano para contener la crisis migratoria. En eso, el parecido entre Trump y Biden es innegable. Quizá esa sea la lógica de convertir a Salazar en una especie de sicofante del lopezobradorismo.

Pero Biden y su equipo deberían abrir los ojos. Hay México más allá de Andrés Manuel López Obrador, y los intereses del presidente mexicano no son necesariamente los del país que gobierna.

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