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#ColumnaInvitada | Altura de miras

Se requiere un hasta aquí ante la indolencia de quienes dicen saber gobernar y que no hacen nada, y además muestran estar coludidos con la delincuencia organizada, por si algo faltaba.
mié 15 junio 2022 05:00 AM
Recorte al presupuesto del INE
El INE es una conquista ciudadana que nadie tiene derecho a minar o desfondar. Nadie. Su defensa es de las tareas más importantes para los ciudadanos, apunta Juan Francisco Torres Landa.

Duele mucho ver la ruta actual del país. No podemos seguir con la rutina de ver cómo se sigue derrumbando lo que se había construido con mucho esfuerzo durante décadas. A pesar de las múltiples deficiencias que aún prevalecían en el país, los avances en temas de crecimiento económico, infraestructura, salud, educación, justicia y sustentabilidad, eran reales y ahí estaban a la vista de todos.

La demagogia de la auto-denominada 4T se encargó de generar un diagnóstico certero de temas sensibles para la población, pero una nula ruta de cambio real, y tristemente no hay nada que apunte a que algo bueno sucederá en el resto del sexenio. De hecho lo opuesto es cierto, ante la debacle el presidente dobla la apuesta e incrementa la velocidad de la colisión inminente, continua y certera.

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Ante tal desolación lo que se requiere es evaluar en forma permanente cómo, sin caer en los distractores diarios, la ciudadanía ejerce su presión en forma articulada y eficaz para impactar la toma de decisiones en los temas que realmente importan. Van algunas ideas de lo que consideramos varios de nosotros como relevantes en los días, semanas y meses por venir:

1. INE

La democracia implica la posibilidad de que el electorado pueda en todo momento premiar y castigar a quienes ejercen o pretendan ejercer el poder. Tener un árbitro electoral autónomo, independiente y ciudadano es la columna vertebral de la alternancia pacífica. Por ello cualquier ataque a dicha institución mina los derechos elementales de los ciudadanos y debe ser objetado con fuerza y determinación.

El INE es una conquista ciudadana que nadie tiene derecho a minar o desfondar. Nadie. Su defensa es de las tareas más importantes para los ciudadanos y nos debe convocar sin distinción de afiliación o preferencia política.

2. Partidos Políticos

Aunque para muchos resulte complejo entenderlo, el sistema democrático requiere de tener partidos políticos robustos y sanos. Para ello habrá que seguir trabajando con los que hoy representan a la oposición para buscar un destino diferente en 2024. Los liderazgos deberán ajustarse o renovarse ante la imperante necesidad de alternancia y reubicación de prioridades.

PAN, PRI y PRD deberán seguir unidos, MC deberá dejarse de retóricas ilusas, y hasta el PVEM deberá reevaluar sus perspectivas. Trabajar con todos ellos es prioritario para lograr una victoria contundente. Por ello deben abrirse a la ciudadanía o perder credibilidad.

3. Organizaciones ciudadanas

Sin que se pierdan las distintas trincheras en que participan muchas agrupaciones, también es importante que exista una agenda que permita la unidad en torno a los objetivos más importantes como son la candidatura única en 2024, la fuerza democrática para lograrlo, y una exigencia común de transparencia y rendición de cuentas total.

4. Programas de Acción

No es suficiente ofrecer cambios. Es indispensable que se genere una propuesta de trabajo en cada una de las materias que son relevantes para la sociedad. No solamente hay que confirmar los problemas del país, sino explicar cómo se realizarán las tareas para solucionarlos, los responsables de ello, los costos presupuestales, y sobre todo el cómo se logrará abatir el enorme rezago social a base de permitir cambios reales en oportunidades y piso parejo para una movilidad social plena.

5. Selección de personas

No podemos pensar que todo dependa de que se elija a la persona que sea la candidata para determinado puesto, incluyendo la presidencia en 2024. Exijamos que sea en una elección primaria o similar, un proceso en que a base de un grupo heterogéneo proveniente de partidos y ciudadanía se elija democráticamente a la persona que haya de encabezar la correspondiente coalición de gobierno. Legitimación plena en el proceso.

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6. Apuesta institucional

Recordemos que no son las personas aisladas, sino las instituciones las que hacen que un país realmente avance progresiva, paulatina y permanentemente en la mejora de las condiciones de vida, protección de derechos humanos y el velar por los intereses de los sectores más vulnerables. Los caudillos ya han hecho demasiado daño. Así no.

7. Intolerancia a abusos

Es impresionante que sigamos viendo cómo el número de víctimas en el país siga creciendo y no haya una mayor indignación generalizada. No es normal ni nos debemos acostumbrar a que se acumulen homicidios, desparecidos, feminicidios, secuestros, derecho de piso, extorsión, etc.

Se requiere un hasta aquí generalizado ante la indolencia de quienes dicen saber gobernar y que no hacen nada, y además muestran estar coludidos con la delincuencia organizada, por si algo faltaba. Igualmente debemos oponernos al militarismo pues puede embargar el futuro de tareas que deben ser siempre civiles, y no dejar que las fuerzas armadas se corrompan al acostumbrarse a manejar grandes presupuestos.

8. Comunicación eficaz

Para lograr todo lo anterior es menester tocar las hebras más sensibles de la población. Sentido común y consistencia científica son insuficientes. Hay que ver cómo se penetra en la mente del electorado para que se despierte la emotividad de realmente entusiasmarse con un mejor futuro para el país.

Es indispensable hablarle en lenguaje simple en el que los ciudadanos de a pie sepan que todos son parte del diseño y ejecución de un nuevo país. El gran enemigo a vencer es el abstencionismo. Si salimos a votar masivamente ni el gobierno, ni la delincuencia organizada pueden pervertir la decisión ciudadana. De lo contrario las riendas democráticas se diluyen y debilitan por delincuentes.

Evidentemente la lista podría crecer, pero lo que queremos es destacar algunas de las tareas y funciones más importantes de lo que requerimos hacer como sociedad si no queremos que en 2024 pueda llegar a refrendar mandato Morena.

El país no resiste otro sexenio de destrucción. Por ello se requiere que todos los actores no sumisos al gobierno asuman altura de miras para poner a un lado sus intereses y velar por algo mucho más importante como es el caso de nuestro país, un México libre, justo, democrático, próspero y equitativo. Ni más ni menos. Todos somos responsables del destino.

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

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