#LaEstampa | La destrucción en Ucrania

Todos tenemos ya guardados en la memoria decenas de rostros de ucranianos de todas las edades obligados a dejar su casa, sus pertenencias y a la familia entera para huir de las bombas que, sin razón alguna, llueven desde las fuerzas rusas.

Pero todo conflicto tiene momentos que marcan un antes y un después.

Ocurrió, por ejemplo, en Vietnam con la masacre de My Lai o la Terrible fotografía de la pequeña Kim Phuk huyendo del horror del napalm.

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#LaEstampa | Putin y Ucrania

Ahora, en Ucrania, una de esas imágenes es, o debería ser, la estampa de la destrucción inenarrable del hospital infantil de Mariupol.

Las fuerzas rusas atacaron no solo el sanatorio de los niños sino el área de maternidad: definición misma de lo indefenso. Eso es lo que bombardearon las fuerzas de Putin.

El mundo está obligado a ver a los ojos lo que está pasando en Ucrania. Imágenes como el hospital infantil en Llamas no dan lugar a escondite moral alguno.

En este conflicto, desigual e injusto como muy pocos en los últimos tiempos de la humanidad, hay que tomar partido por el lado correcto de la historia.

Los restos humeantes del cascajo donde están sepultados los niños ucranianos no dejan dudas de quién merece la condena de la historia.

Hay que tenerlo muy claro. Quien todavía lo dude debe mirar de frente la imagen del hospital destruido.

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Nota del editor:

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