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La Cofece abandonó al trabajador


Las acciones de la Comisión Federal de Competencia han afectado a los repartidores e ignorado las necesidades de los trabajadores mexicanos. Eso debe cambiar.
mar 07 diciembre 2021 12:05 AM
Organizados.
Los trabajadores por aplicación son de los más limitaciones padecen.

Cada vez se acumula más y más evidencia que apunta a que el mercado laboral mexicano no tiene suficiente competencia. Es decir, es un mercado en donde los trabajadores, por una u otra razón, no pueden ofrecer sus servicios a muchas empresas, sino que tienen que contratarse con lo que les ofrecen las pocas empresas que existen. Esto es malo porque reduce los salarios.

La evidencia técnica que apunta a una falta de competencia en el mercado laboral es amplia. Por ejemplo, los salarios en México han crecido menos que la productividad laboral en la mayoría de las industrias del sector secundario y las empresas grandes mexicanas tienen márgenes de ganancia más altos que el resto del mundo: Además, los aumentos en el salario mínimo no han generado desempleo y de hecho, el desempleo disminuye cuando aumenta el salario. Quizá lo más importante, el ingreso laboral de los trabajadores de empresas grandes tiende a ser más grandes cuando hay menor concentración de mercado.

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Esto se debe, entre otras cosas, a que hay pocas empresas en cada industria. De acuerdo con el Censo Económico, en el 33% de las industrias de México la mayoría de los trabajadores solo tienen ocho posibles empresas en las que pueden trabajar. Considerando que estas empresas, en muchas ocasiones, no están ubicadas en la misma ciudad, ello deja al trabajador con muy pocas opciones para trabajar, a menos de que cambie de industria o de ubicación, algo difícil y costoso. Esta situación reduce los salarios.

La Comisión Federal de Competencia (Cofece) debería estar velando por crear un mercado laboral competitivo que permitiera que los trabajadores aumentaran sus ingresos, sin embargo no lo ha hecho. En todos sus años de existencia la Cofece solo ha llevado un caso laboral, el de los futbolistas , un caso que, además, ni siquiera beneficia a muchos trabajadores. Esto es un severo problema.

Pero aún, la Cofece sin darse cuenta ha permitido concentraciones que han afectado severamente a los trabajadores. Por ejemplo, el año pasado permitió que Uber comprara Cornershop bajo el argumento de que “no existe coincidencia entre las actividades principales de ambas empresas”, lo cual es cierto si se consideran solo los intereses de los empresas y los consumidores, pero no si se consideran también los intereses del trabajador.

En dicho caso, la Cofece, sin siquiera considerar los impactos que esta fusión tendría para los trabajadores por aplicación, aprobó una concentración que a la fecha ha afectado la vida de miles de trabajadores. Antes de la fusión los repartidores podían ofrecer sus servicios a Cornershop o a Uber, haciendo que ambas empresas compitieran en prestaciones. Ahora, solo se quedaron con un empleador y ello los afectó.

Los cambios en las prestaciones que reciben los trabajadores de Cornershop ya son evidentes. A los repartidores nuevos de Cornershop les manejan un esquema diferente de pagos y les va más mal que a lo viejos. Ya no les dan las bolsas, o al menos no como antes. Además, agregaron muestras que tienen que regalar, en ocasiones bebidas alcohólicas, y ya no les dan cubrebocas como al inicio de pandemia.

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En palabras de Sergio Guerrero, Secretario General Unión Nacional de Trabajadores por Aplicación (UNTA), Cornershop era una de las mejores aplicaciones para trabajar porque con ella “no había problema de transparencia con las propinas”, es decir, las propinas que se les daban, les llegaban. Con Uber la situación era diferente pues los repartidores se quejan constantemente de que los clientes les dejan propina y, según reportan, la propina no les aparece. A partir de la fusión los repartidores han comenzado a notar que “eso [que pasa en Uber] ya empezó a ocurrir en Cornershop (…) Todos los errores de Uber ahora empiezan también a hacerse en Cornershop”.

Es imperante que la Cofece, y su comisionada presidenta suplente, Brenda Gisela Hernández Ramírez, cambien sus mecanismos de análisis de las fusiones y compras para que se incluya un análisis detallado de cómo se afectará al trabajador, sobre todo en industrias intensivas en mano de obra. El enfoque no puede solo ser la empresa o el consumidor, también debe ser el trabajador, sobre todo en empresas intensivas en trabajo. Estos análisis deberán hacerse con la legítima intención de apoyar al trabajador, no solo intentando argumentar técnicamente que no habrá afectaciones.

Si Cofece no puede hacer esto con la legislación actual (lo que me parece, estaría abierto a interpretación) es inminente que el congreso cambie las leyes para que la Cofece no pueda aprobar una fusión o compra sin antes considerar las posibles afectaciones al trabajador. Este cambio legal deberá ser impulsado, sobre todo, por el diputado Jorge Ernesto Inzunza (PAN), presidente de la comisión de Economía, Comercio y Competitividad, y por Manuel de Jesús Baldenebro (Morena), presidente de la comisión de Trabajo y Previsión Social.

Estuve en comunicación con técnicos de la Cofece y como ellos me comentaron, el análisis de mercados laborales puede ser complejo, sobre todo por la definición de mercado relevante y por temas de substitución. Aún así me parece urgente que la voluntad de Cofece se haga presente a fin de impedir que cuestiones técnicas ahoguen una necesaria agenda de lucha contra el poder de mercado que afecta al trabajador. Al momento, la Cofece ha desamparado a los trabajadores y todo parece indicar que también ha afectado directamente a los repartidores.

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Proteger los salarios de los trabajadores mexicanos y aumentarlos, no solo es una labor que deba darse en la oficina de Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo de Previsión Social (STPS), sino que debe darse en conjunto con múltiples instituciones. El apoyo al trabajador debe ser una política de Estado.

Hago un llamado a la STPS y a Cofece para que comiencen a trabajar juntas con mayor frecuencia para mejorar las condiciones laborales de todos y todas.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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