No hay mucho más que decir, Santiago Nieto no es más el Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda. Ya todos sabemos las razones y si vieron la mañanera del lunes 8 de noviembre es difícil creer que Nieto entregó voluntariamente su renuncia. ¿Es una pérdida para la administración del presidente López Obrador? Sin duda lo es. Santiago Nieto era uno de los pocos perfiles técnicos y con experiencia de la 4T, nadie puede negarlo.
A partir de su desempeño como titular de la UIF se iniciaron diversos trabajos para fortalecer la prevención y la detección de operaciones relacionadas con la trata de personas, se investigó como nunca el delito de robo de hidrocarburos y se cumplieron parcialmente algunas de las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI, órgano intergubernamental encargado de fijar estándares y promover el combate del lavado de dinero). También se congelaron cuentas de enemigos políticos del presidente, aunque luego –varias– se descongelaron. En ese sentido, Nieto desempeñó un papel similar al de otros titulares de la UIF del “periodo neoliberal”. En fin, la conclusión es que, indudablemente, Nieto desempeñó su labor. Yo hasta ahí lo dejaría, sin más calificativos.