Entre otras alertas, el secretario general de la ONU ha reclamado por el incumplimiento de las promesas de destinar 100,000 millones de dólares a los países menos desarrollados para el diseño de estrategias de reducción de contaminantes y por el claro atraso en la necesidad de reducción de los gases de efecto invernadero en 45% para 2030, entre otros.
El mundo está mirando a esta reunión como un escaparate que puede representar un salto cualitativo respecto de los escasos avances vistos hasta hoy. Los nuevos fracasos que puedan derivarse del evento de Glasgow pueden ubicar al mundo en un camino sin retorno si atendemos a gravedad de los problemas que los científicos han demostrado sólidamente:
- Un aumento de los principales gases de efecto invernadero en 2020.
- Las emisiones mundiales de sectores como el eléctrico y el industrial recuperaron sus niveles de contaminación previos a 2019, ya que la pandemia apenas tuvo un impacto en su dinámica.
- La temperatura media global en el periodo 2017-2021 se ubica entre las más cálidas registradas en la historia (1.06 a 1.26 grados) por encima de los niveles preindustriales (1850-1900).
- Los fenómenos extremos registrados en Europa y Estados Unidos, además del aumento de la vulnerabilidad de regiones de Centroamérica y el Caribe, entre otros, dan cuenta los impactos del cambio climático antropógeno.
- Para 2050 cerca de 216 millones de personas podrían verse obligadas a migrar por los problemas derivados de la depredación de su medio ambiente. De esta población, África Subsahariana podría ver el desplazamiento de hasta 86 millones de sus habitantes; 49 millones de Asia y el Pacífico; 40 millones del sur de Asia; 19 millones del norte de África y 17 millones de América Latina, entre otras regiones.