Tal parece que el México que nos describen todas las mañanas desde el trono del rey es uno al que nosotros, los simples mortales, no hemos logrado acceder. Ese en donde ya se domó la pandemia, donde existe el Estado de Derecho y se respeta la libertad de expresión. Ese donde todo es cuasi idílico.
El México de ‘acá’, donde estamos usted, yo y todos los demás, tiene el 38.5% de la población en la pobreza, 2.6 millones de desempleados, 80.2 homicidios diarios; la violencia en niveles históricos, un crecimiento del 88% en protección a periodistas y activistas… ¡En fin! Un contraste enorme entre el espejismo del Salón Tesorería, y la realidad diaria de millones de mexicanos.