Donde falte la equidad, no puede prevalecer la democracia. En el ideal democrático, todas las personas tienen la oportunidad de participar en las grandes decisiones que terminarán por incidir directamente en sus vidas. Sin embargo, la exclusión histórica ha persistido a lo largo de muchos siglos para las mujeres, dejando desigualdades de una magnitud tan considerable que tomarán el esfuerzo de varias generaciones para erradicarse. La adversidad a la que hoy se enfrentan nuestras niñas y jóvenes minimizan las posibilidades de que tengan un futuro prometedor.
Hoy en día a las niñas se les niega la posibilidad de llevar una vida plena y segura. Según la UNESCO, 132 millones de niñas no tienen la oportunidad de recibir una educación, limitando seriamente las opciones que tendrán en el futuro. La Organización Internacional del Trabajo indica que, en 2016, 15.4 millones de personas se encontraban en un matrimonio forzado. La gran mayoría de las víctimas (88%) son mujeres y niñas. En términos más generales, actualmente hay alrededor de 650 millones de niñas y mujeres que se casaron antes de cumplir los 18 años.