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#ZonaLibre | La apuesta perdida de Trump

Trump tenía grandes posibilidades de ganar, antes de la pandemia; sin embargo, el talante que tuvo ante el coronavirus lo hizo hundirse poco a poco.
jue 05 noviembre 2020 11:58 PM
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Trump no fue promotor del uso de cubrebocas y nuca suspendió actos masivos.

Para millones de personas, a través de los tiempos, apostar ha sido una pasión que les consume. Según expertos, existen apostadores de distintas categorías:

El jugador social, que de vez en cuando participa en juegos de azar o deportivos. El jugador profesional, que participa en juegos de azar y apostar con el único fin de ganar dinero, luego de un estudio previo o una estrategia. Existe también el jugador problema, que se deja llevar por los sentimientos y apuesta importantes cantidades que afectan su economía y la de su familia.

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La política es una actividad igual de apasionante, pues también hay muchas apuestas que se hacen para ganar o no perder.

Ante el fracaso total de las encuestadoras, deberíamos de voltear a ver más seguido a las casas de apuesta cuando ponen favoritos en elecciones. En las apostadoras más grandes de Estados Unidos, Joe Biden siempre estuvo como favorito, hasta 4 o 5 a uno (nunca bajó del 80% de posibilidad de triunfo).

La elección de Estados Unidos está dejando muchas lecciones al mundo. Algunas de ellas han sido para el gobierno de México, para aprender a apostar correctamente. Primeramente, la apuesta del presidente López Obrador por apoyar a Donald Trump a todas luces fue un error que es imposible de negar. Según los registros de las ruedas de prensa llamadas “mañaneras”, AMLO se refirió positivamente sobre Trump en más de 264 ocasiones, mientras que solamente mencionó, de manera neutral a Joe Biden ¡En dos ocasiones!

Aunque fue una elección bastante extraordinaria, por el tema del COVID-19 y la cantidad abismal de votos, inevitablemente (y aunque Trump haga berrinche y patalee en los tribunales) Joseph Biden será el próximo presidente de los Estados Unidos.

Y es que el demócrata no ganó por su carisma, discursiva o incluso propuestas, ganó por la capacidad que tuvo el Partido Demócrata por generar un hartazgo masivo y un deterioro impresionante en la imagen de Donald Trump.

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El presidente norteamericano tenía grandes posibilidades de ganar, antes de la pandemia; sin embargo, el talante que tuvo ante el coronavirus lo hizo hundirse poco a poco.

Trump apostó por una conducta ante el COVID, diciendo que era “una simple gripa y la desaparecería como por arte de magia”. Luego de algunos meses, fue el neoyorquino quien vivió en carne viva y aceptó que había minimizado la pandemia, según él, para no preocupar al pueblo estadounidense.

Pero Trump ha sido intolerante en todos los sentidos, sobretodo cuando vio que el tema del coronavirus se había convertido en el tema político más importante dentro de la elección. Incluso ofendió a los expertos en enfermedades infecciosas más importantes de Estados Unidos, a quienes llamó “idiotas” en un mitin de campaña. Y no solo a ellos, sino llamó estúpidos a los periodistas y despreció en todo tiempo a los demócratas, llamándolos tontos y tramposos.

Esto causó un disgusto enorme en millones de personas, Estados Unidos sobrepasa los 9.5 millones de contagios y lamentablemente, más de 233 mil muertes.

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Una derrota con olor a soberbia

Trump perdió solo, perdió cuando apostó por subestimar o hasta despreciar la pandemia. Incluso, el uso de mascarilla fue parte importante dentro del ánimo de los votantes. Pues mientras que los republicanos hacían eventos masivos con miles de personas sin cubrebocas, los demócratas defendían el uso de las mismas y también el de la sana distancia.

Hasta el final, Trump se negó a utilizar la mascarilla, en una forma de expresar su desdén a la pandemia que no terminó con su salud, pero si lo hizo con su futuro político.

Mientras que los mexicoamericanos se organizaron en Texas, Nevada o Arizona para apoyar con fuerza al candidato demócrata; insólitamente, en México, los partidarios de Morena y seguidores desenfrenados por el presidente López Obrador apoyaban a Donald Trump. Es impresionante haber visto publicaciones de los adeptos morenistas contentos en la madrugada del pasado 3 de noviembre por una aparente resurrección del racista Donald Trump.

Mucho se ha escrito sobre la similitud de distintos liderazgos que llaman “populistas”, como el mayor ejemplo de ellos es Trump, que lo asocian con el presidente Jair Bolsonaro y Andrés Manuel López Obrador, quienes como el estadounidense han apostado por darle un tratamiento parecido al tema del COVID-19 en sus respectivos países.

Para el mexicano, es un gran momento de hacer un análisis exigente sobre el castigo que le dieron a su homólogo y amigo Donald Trump.

Aunque ambos personajes sean distintos en su manera de pensar o sus creencias políticas, en las prácticas son impactantemente similares.

Que la apuesta de AMLO por Trump haya fracasado es pésimo para todo el país, pero también le hace daño a su imagen política. El presidente y su gente deben comprender que los votantes pueden llegar a repudiar la irresponsabilidad en plena pandemia y ante los comicios del 2021 y la revocación de mandato, los morenistas deben de cambiar drásticamente de discurso y actitud frente a la pandemia, los periodistas y la oposición.

Porque si Trump no fue invencible, a pesar del apoyo radical de sus millones de seguidores. El presidente López Obrador, tampoco lo es.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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