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#ColumnaInvitada | La comunidad latina quiere a Trump

El Presidente Trump es el único de los dos candidatos que verdaderamente entiende la relación bilateral con México, ya que Biden, en sus ocho años, jamás le interesó acercarse.
sáb 31 octubre 2020 11:59 PM
Estados Unidos y México
Trump en su reunión con López Obrador.

Erróneamente, se ha dicho y se cree, al punto de la difamación, que el Presidente Donald Trump está en contra de los migrantes y no hay nada más alejado de la realidad que eso. Lo cierto es que le preocupan los cruces ilegales y los costos –económicos y humanos– que significan no sólo para Estados Unidos, sino también para México.

Ciertamente, sí se necesita una reforma migratoria, un nuevo sistema consensado entre México y Estados Unidos que permita ampliar las medidas de seguridad en las fronteras, y esto lo saben tanto el Presidente Trump como el Presidente López Obrador, y ya han platicado al respecto.

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A ambos países les afecta el flujo migratorio, pues de las 80 mil personas mensuales que intentan cruzar ilegalmente a Estados Unidos, unas 150 mil llegan mensuales a México provenientes de Centroamérica y, sobre eso, tanto unos como otros, deben tomar cartas en el asunto sin que eso signifique, lo reitero, estar en contra ni de los latinos, ni de los migrantes.

De esto están conscientes los hispanos que viven en territorio norteamericano y que ya han votado vía correo electrónico y también los que saldrán a emitir su sufragio el próximo 3 de noviembre. En varias ocasiones, no solo en tiempos de campaña, el Presidente de EU ha manifestado su admiración y respeto por ellos, incluso los ha llamado “héroes”; él tiene claro el arduo esfuerzo que realiza la comunidad latina en territorio norteamericano y el impulso que otorga a la economía el trabajo, incluso, de las pequeñas empresas lideradas por hispanos en ese país.

Lo sabe y lo agradece, tanto que pretende crear más y mejores oportunidades de crecimiento económico donde los latinos y su poderío juegan un papel crucial. Para muestra un botón, la cifra previa a la pandemia de desempleo entre los hispanos era la más baja en la historia moderna de Estados Unidos. Una vez que el Presidente Trump sea reelegido, lo llevará a cabo.

Por otro lado, a México también le conviene que gane Donald Trump, de hecho, es lo mejor que le puede pasar a los mexicanos.

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Una vez reelegido, la continuidad para los grandes proyectos de colaboración entre este país y Estados Unidos será una realidad. Esto, primeramente, significa que uno de los mayores logros de Trump, la firma del Tratado México-E.U. y Canadá (T-MEC), se fortalecerá y podrá llevarse a cabo con todas sus virtudes.

Y es que este Tratado trae beneficios evidentes para unos y otros, pero, sobre todo para los mexicanos. A través de él, no solamente se afianzó la colaboración entre los países, sino que, en afán de apoyar a las familias mexicanas, darles estabilidad en su propio territorio y, sobre todo, formalidad económica, a través de la reforma laboral aprobada por López Obrador como parte de su compromiso, se consiguió un mejor salario mínimo, mayor protección de los trabajadores y sus sindicatos y, por supuesto una independencia laboral que derivará en una posición más alentadora para quienes tienen y buscan un empleo en México.

De igual forma, el proceso de negociación en la que brilló México, también permitió educar a todos los norteamericanos que no entendían la dinámica comercial tan grande que existe entre ambas naciones. Esa integración no nada mas que se observa en las cadenas de valor de muchísimas industrias en ambos países, sino culturalmente hablando, hace una realidad que Trump sabe y por eso en la campaña ha resaltado el papel de los hispanos y particularmente los mexicanos tienen en el futuro de Estados Unidos y toda la región.

Comercialmente hablando, ni se diga que la actual situación entre China y Estados Unidos que fue iniciada por Trump para que el gigante asiático sea más justo no solo a empresas americanas, sino al comercio internacional, va a beneficiar en gran medida a las inversiones que quieran situarse fuera de esa región a otro país, y ahí es donde México está en una posición envidiable, siempre y cuando México demuestre con hechos respetar a la inversión con políticas públicas favorables en todas las industrias incluyendo la energética, la cual no solo le urgía a esta industria que ha estado en plena decadencia en México y que ya gracias a la reforma, está abierta a la inversión extranjera.

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De modo que, comenzando por ahí, que gane Donald Trump la Presidencia de Estados Unidos es lo mejor que podría pasarle a un México, que necesita el apoyo y el trabajo coordinado para tener más entereza económica y social.

Otro de los temas que ya Trump ha mencionado continuamente durante su mandato, es la necesidad urgente de trabajar con México en la lucha frontal contra el narcotráfico y el crimen organizado que tanto afecta a ambas naciones.

Con estos antecedentes, queda claro que el próximo 3 de noviembre se decide el destino de los próximos cuatro años no solamente de los estadounidenses, sino también de la comunidad latina, la misma que ya se ha manifestado en encuestas y que pone a Trump a la delantera y la misma que tiene perfectamente claro que el Presidente les ha beneficiado ya y lo seguirá haciendo porque conoce de la importante labor diaria, económica y socialmente, de los hispanos en Estados Unidos.

En manos de estadounidenses y latinos, en manos de todos, así como debe ser, está el porvenir de Estados Unidos, un porvenir conciliador y prometedor que se vislumbra cada vez más con Donald Trump.

La reciente visita de Lopez Obrador a Washington demostró la relación abierta y amistosa que se tienen entre las dos naciones. El Presidente Trump es el único de los dos candidatos que verdaderamente entiende la relación bilateral, ya que Biden en sus ocho años jamás le interesó acercarse al país y lo que dejó fue un muy mal sabor de boca con constantes malos manejos incluyendo una incursión fallida a la soberanía mexicana llamada “rápido y furioso”, ser el duo Biden/Obama que más han deportado mexicanos en la historia, las jaulas que Biden/Obama construyeron para mantener a los migrantes, reducción en el fondeo de Iniciativa Mérida que dota a México de recursos para la lucha contra el crimen organizado, dos exembajadores que fueron sumamente incomodos para México, uno el cuál Calderón tuvo que pedirles a Biden/Obama que despidieran y otra que ha venido hablando mal del actual mandatario mexicano, rompiendo todo protocolo diplomático.

Por eso México debe estar con Trump y Trump con México.

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Nota del editor: el autor es presidente American Society – comunidad americana y representante Partido Republicano en México.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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