De modo que, comenzando por ahí, que gane Donald Trump la Presidencia de Estados Unidos es lo mejor que podría pasarle a un México, que necesita el apoyo y el trabajo coordinado para tener más entereza económica y social.
Otro de los temas que ya Trump ha mencionado continuamente durante su mandato, es la necesidad urgente de trabajar con México en la lucha frontal contra el narcotráfico y el crimen organizado que tanto afecta a ambas naciones.
Con estos antecedentes, queda claro que el próximo 3 de noviembre se decide el destino de los próximos cuatro años no solamente de los estadounidenses, sino también de la comunidad latina, la misma que ya se ha manifestado en encuestas y que pone a Trump a la delantera y la misma que tiene perfectamente claro que el Presidente les ha beneficiado ya y lo seguirá haciendo porque conoce de la importante labor diaria, económica y socialmente, de los hispanos en Estados Unidos.
En manos de estadounidenses y latinos, en manos de todos, así como debe ser, está el porvenir de Estados Unidos, un porvenir conciliador y prometedor que se vislumbra cada vez más con Donald Trump.
La reciente visita de Lopez Obrador a Washington demostró la relación abierta y amistosa que se tienen entre las dos naciones. El Presidente Trump es el único de los dos candidatos que verdaderamente entiende la relación bilateral, ya que Biden en sus ocho años jamás le interesó acercarse al país y lo que dejó fue un muy mal sabor de boca con constantes malos manejos incluyendo una incursión fallida a la soberanía mexicana llamada “rápido y furioso”, ser el duo Biden/Obama que más han deportado mexicanos en la historia, las jaulas que Biden/Obama construyeron para mantener a los migrantes, reducción en el fondeo de Iniciativa Mérida que dota a México de recursos para la lucha contra el crimen organizado, dos exembajadores que fueron sumamente incomodos para México, uno el cuál Calderón tuvo que pedirles a Biden/Obama que despidieran y otra que ha venido hablando mal del actual mandatario mexicano, rompiendo todo protocolo diplomático.
Por eso México debe estar con Trump y Trump con México.
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Nota del editor: el autor es presidente American Society – comunidad americana y representante Partido Republicano en México.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.