En esa tierra norteña, se han realizado decenas de enfrentamientos que tienen mucho que ver con el establecimiento de la patria. Desde la ejecución de Miguel Hidalgo en la capital del estado, Chihuahua comenzó a ser parte muy importante para el país. Incluso, hay dos eventos que no pueden pasar inadvertidos.
El primero sucedió en 1847 cuando los chihuahuenses vencieron al ejército texano en la Hacienda de Sacramento. Luego, en 1884, existió un problema de delimitación de la frontera entre Estados Unidos y México, ya que según el “Tratado de Guadalupe Hidalgo”, se establecía que la frontera estaba en el Río Bravo; sin embargo, el río se desplazó tras una inundación. A ese territorio en disputa de 2.4 km cuadrados se le llamó El Chamizal. Ambos países reclamaron El Chamizal como suyo. Casi un siglo después los presidentes de México y Estados Unidos –Adolfo López Mateos y John F. Kennedy– ratificaron un tratado en el que se daba a México 1.5 km cuadrados de El Chamizal. A pesar de las constantes amenazas, los pobladores de la frontera se asentaron durante más de un siglo en ese pequeño espacio, ambos eventos fueron considerados las victorias más grandes que hemos tenido contra los Estados Unidos.
Mientras todo ese problema sucedía, en 1865, bajo la Intervención Francesa, la ciudad fronteriza sirvió como capital del país bajo el mandato de Benito Juárez, quien se refugió ahí durante algunos meses. Por eso, en su honor, años más tarde, en 1888, se le cambió el nombre de Villa Paso del Norte a Ciudad Juárez.
En 1911, fuerzas de Francisco I. Madero tomaron Ciudad Juárez en 1911, con este hecho histórico se llegó al fin de la dictadura de Porfirio Díaz y el triunfo de la revolución mexicana, que nació justamente en un pequeño poblado chihuahuense llamado Cuchillo Parado.