#ZonaLibre | Lozoya contra todos. ¿Hundirá a la mafia?

El regreso del exdirector de Pemex es una estrategia que le da puntos a la 4T en el tema rector del nuevo gobierno: La anti-corrupción. Sin embargo, los detalles sobre la aparición de Emilio Lozoya van mostrando día a día que, más allá de la búsqueda de justicia y reparación del daño que se le podría probar en un juicio, se avizora como un anzuelo para atraer a las redes a “peces más grandes”, que inclusive van más allá del PRI y suenan nombres de connotados panistas y gente cercana a Felipe Calderón –todos adversarios políticos directos– por muchos años, del presidente López Obrador.

Algunos señalan que es un montaje o un “circo mediático”; esto podría no estar muy alejado de la realidad. Pasan los días y Lozoya pareciera ganar tiempo y así permitir que sus abogados sigan negociando con la 4T: la comparecencia y su figura como “testigo colaborador”.

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Una entrega beneficiosa

Es justo esa nueva modalidad de testigo que le otorga varios beneficios a Lozoya, entre ellos: tratamiento psicológico, asistencia médica, asesoramiento jurídico gratuito e incluso puede acceder a apoyo económico para alojamiento, transporte, alimentos, comunicación, atención sanitaria, mudanza, reinserción laboral, acondicionamiento de vivienda y demás gastos indispensables, dentro o fuera del país. Además de un cambio de identidad, entre otros aprovechamientos. Nada mal para el exprófugo, ¿no?

Si fuera esta la condición de Lozoya, se convertiría de ser un criminal de mucho peso, a un aliado del gobierno. Es entonces cuando muchos nos preguntamos: ¿desde cuándo se acordó la entrega del polémico personaje y bajo qué condiciones decidió ser extraditado sin luchar más judicialmente? ¿Quiénes le ayudaron a recibir la gracia del presidente?

Aunque pragmáticamente, es una acción asertiva el hecho de que a Lozoya se le proteja para inculpar y hundir a otros personajes de la vida pública del país que se beneficiaron por actividades corruptas. Ésta sigue siendo una actividad tecnócrata que por mucho tiempo ha criticado el mismo presidente, pero hoy la utiliza como recurso.

Una ocasión inmejorable

La caída de Lozoya deberá ser ejemplar en todos los sentidos. Si la misión del presidente es cierta, todos y cada uno de los nombres que se involucren deberán ser llevados ante la justicia, sin importar la categoría o el renombre, incluso si tienen cercanía al partido del presidente.

Tanto expresidentes, legisladores, empresarios, el sindicato de Pemex, funcionarios federales y locales, el Ejército y todos los entes que sean salpicados tienen que ser parte de un juicio emblemático.

AMLO tiene la oportunidad de hacer un hito, teniendo un beneficio en las pruebas que Lozoya pueda ofrecer.

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El país, por décadas, ha permanecido como espectador de capturas mediáticas que no trascienden a romper la cadena de depravación corrupta. Como dos casos emblemáticos, el de Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y el más reciente, el de “La Maestra” Elba Esther Gordillo.

Si gracias al juicio de Emilio Lozoya no se destruye a la mafia que ha participado durante años en las actividades que han saqueado al país, entonces Lozoya será “uno más” y el presidente habrá de haber visto fracasado su esfuerzo, por décadas de luchar por un Pemex libre de rapiña y depredación.

¿Se atreverá a dar el golpe letal?

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