Se lo advertimos, la lógica de los delincuentes no se atiende abrazándolos, los recortes presupuestales afectan la operación y el combate a los delitos, la aplicación de la ley no es a conveniencia, los programas sociales no son programas de prevención del delito, las reuniones diarias para hablar de seguridad son ineficaces e ineficientes.
Advertimos que de no establecer un plan 2019 terminaría siendo el año más violento de la historia y lamentablemente así fue.
Advertimos al equipo de López que no se pusieran fechas fatales, que era irreal decir que el primer día, el primer mes, el segundo, tercero, sexto, séptimo u onceavo mes de su gobierno habría de resolverse la crisis de seguridad; advertimos que tampoco prometieran lo mismo al concluirse el primero año y ahora el segundo. Que quede claro, sin estrategia y recursos no habrá solución.
Advertimos en octubre y lo volvimos a hacer tan sólo hace dos semanas: la crisis de seguridad no ha terminado pese a que Durazo y otros funcionarios sigan declarando que los homicidios van a la baja. No importa cuanto echen mano de datos desconocidos, los mismos datos oficiales de este gobierno indican que 2020 tiene el potencial para rebasar a 2019 o, en caso que algo mejore, de quedar con una tasa de homicidios ligeramente menor a la de 2019, siendo así que los dos primeros años del gobierno López sean los más violentos de la historia.
Aún estamos a tiempo de tomar las riendas de la crisis de seguridad. Sin embargo, para que ello suceda urge que haya voluntad política de aceptar la existencia del problema y que se han cometido yerros en el camino. Desde esta perspectiva, urge un cambio de liderazgos; urge realizar ajustes presupuestales quizás impopulares para aumentar y evaluar el gasto en seguridad; urge escuchar tanto a técnicos como a víctimas para saber cómo corregir el camino. En otras palabras, necesitamos diseñar una verdadera estrategia de seguridad y dejar de darle prioridad a los apapachos a narcotraficantes y sus familias.
Desde el ONC deseamos contribuir a que México sea un país próspero, seguro y justo; el ejercicio Por un México Seguro aporta insumos a disposición de las autoridades, los ciudadanos, los medios de comunicación y la academia para que juntos podamos cuidarnos e impulsar políticas serias de reducción de la violencia, porque la crisis de seguridad, ante tanta incompetencia y errores, no va a terminar.
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El autor es director general del Observatorio Nacional Ciudadano
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