El asedio a ciudades, emboscadas, retenes y bloqueos carreteros por parte del crimen organizado serán la segunda gran amenaza al peligrar la seguridad ciudadana y el desarrollo regional y nacional, derivada del avance del control territorial de los grupos criminales. Para ellos, quien controle las carreteras controlará la extorsión, el trasiego de drogas, el tráfico de migrantes, el secuestro de personas, y el robo a transporte público y de carga, afectando el desarrollo económico en regiones estratégicas para el desarrollo nacional. Los puntos de disputa serán los principales ejes troncales carreteros a lo largo del país y las principales ciudades, en los que se harán manifiestos tiroteos, enfrentamientos, retenes y asedios urbanos.
Para ello, es preciso recuperar el control territorial de México a través de las carreteras. Todo entra y sale a través de ellas, así como de los puertos y aeropuertos. Por eso es necesario apoyar a la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas para que tengan mayor presencia en la infraestructura de conectividad terrestre, así como en los aeropuertos, para reforzar la vigilancia y rescatar el control territorial.
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La ciberdelincuencia aumentará. El rezago de legislación genera una rampante impunidad virtual, licencia para que el crimen organizado ejerza actividades delincuenciales aprovechando las vulnerabilidades frente al ciberespacio, y atente contra los ciudadanos y las instituciones del Estado Mexicano.
El crimen organizado encontrará un aliado en la tecnología, por lo que el Estado Mexicano debe reforzar sus capacidades de ciberseguridad en sus instituciones que manejan bancos de datos o activos digitales, como la banca de desarrollo, o los fondos de ahorro y pensiones. Para ello es perentorio fusionar las capacidades de inteligencia cibernética con las de inteligencia financiera para perseguir a ciberdelincuentes. Cabe incluir formalmente la Unidad de Inteligencia Financiera al Gabinete de Seguridad, además de ampliar sus capacidades institucionales para combatir al crimen organizado, el terrorismo y el lavado de dinero en el ciberespacio.