¿Cómo ha decidido responder el expresidente? Bailando. Divirtiéndose. Paseándose con su nuevo amor como un adolescente adinerado. Ahí está Peña feliz en una fiesta, en pleno baile, feliz y coqueto. Ahí está Peña de guayabera en una boda, departiendo entre carcajadas, como si nada. Ahí está Peña sonriendo, dejándose acariciar la cara en Instagram, con un bonito saco azul. Peña Nieto está feliz.
Y no está en México: anda por el mundo. Ahí está en España, paseando por Madrid y Andalucía. Ahí está Peña en Bruselas, tomado de la mano, pidiéndole a alguien en una plaza que le tome una foto con la novia, que lleva una tiara de flores, como una princesa.
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Es un turista rico más que posa, de sonrisa en sonrisa, para la foto del recuerdo. ¿Por qué lo hace? No se le puede escapar la situación en el país. Peña Nieto sabe lo que pasa en México. Sigue pendiente. ¿Por qué lo hace entonces? ¿Por qué el alarde y la indiferencia?