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#VocesADN |A los medios les urge relegitimarse

Casi no hay medio que no tenga notas desfavorables sobre la gestión gubernamental. Se podría incluso decir que es de los arranques de gobierno con mayor prensa negativa, escribe Don Porfirio Salinas.
lun 27 mayo 2019 05:15 AM
AMLO-prensa
Relación. Los últimos meses hemos entrado en una franca guerra entre medios y gobierno.

Nota del editor: Don Porfirio Salinas es híbrido de política, iniciativa privada y escenario internacional. Priista orgulloso de “el valor de nuestra estirpe” (Beatriz Paredes dixit); y antagónico al Peñismo, contrario a esta estirpe. Convencido de la política como instrumento de construcción de país, desde cualquier trinchera. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

CIUDAD DE MÉXICO (ADNPolítico).- La semana pasada el presidente López Obrador causó revuelo al publicar una lista de comunicadores y medios que, según él, se habían vendido al régimen anterior. La reacción de varios aludidos, y de muchos críticos, no se hizo esperar.

El argumento principal fue que era un intento por desprestigiar, sin razón, a quienes le son incómodos al actual gobierno. Sumándose al recurrente argumento de que desde la 4T se ha tratado de coartar la libertad de expresión de aquellos que no están a favor de sus postulados.

Sin embargo, es muy difícil sustentar ambas aseveraciones. Por un lado, al ver la lista publicada, resulta muy complicado decir que buena parte de los señalados no fueron altamente benévolos y cercanos con el gobierno anterior; si bien es cierto que el presidente claramente busca evidenciarlos.

Por otro lado, casi no hay medio que no tenga notas desfavorables sobre la gestión gubernamental. Se podría incluso decir que este es de los arranques de gobierno con mayor prensa negativa que hemos visto. Y no se ha visto que haya acciones para desactivarlos, como sí las hubo en el pasado.

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Los últimos meses hemos entrado en una franca guerra entre medios y gobierno, en la que el presidente tiene un estilo muy distinto de comunicar, que llega directo a la sociedad; y los medios siguen comunicando como si viviéramos tiempos pasados.

Claramente los medios no se están adaptando a la nueva realidad política y social de México. En buena medida, esto obedece a la fobia que muchos de esos medios y comunicadores le tienen al actual presidente.

Por razones históricas de desencuentros entre los medios y la figura de López Obrador, desde que intentó por primera vez ganar la presidencia, hoy existe un evidente rencor en varios de ellos al ver que finalmente no solo logró ser presidente, sino que obtuvo el mayor respaldo social nunca visto.

Lamentablemente, los medios jugaron un papel fundamental en la polarización de la sociedad desde la tenebrosa campaña de 2006 a la fecha. Siguieron una ruta muy similar a la de los partidos y buena parte del empresariado.

Se vieron envueltos en las estrategias de agresión y desprestigio que tanto fortalecieron al hoy presidente. Pero sobre todo, jugaron el mismo juego de contubernios y acuerdos obscuros para mantenerse en posiciones de privilegio, de la mano del poder.

La lista publicada la semana pasada solo evidencia los acuerdos formales de muchos medios con el gobierno anterior, a partir de contratos multimillonarios de publicidad gubernamental, principalmente a medios que fueron cercanos al régimen.

No eran secretas las relaciones que jugadores clave del gobierno anterior tenían con dueños y directivos de varios de esos medios. Mención especial podría hacerse, por ejemplo, de la cercanía del entonces coordinador de los senadores priistas con dos periódicos nacionales tradicionales.

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La lista incluso podría completarse con los multimillonarios contratos que muchos gobiernos estatales hicieron. Un caso de notoriedad es Nuevo León en el sexenio Medinista, y sus jugosos convenios con el principal medio local que además es jugador nacional en televisión y periódico.

Pero más importante aún que lo publicado la semana pasada, son los multimillonarios acuerdos entre representantes de los sexenios anteriores y varios de esos medios y comunicadores, por fuera de la publicidad oficial; muchos de esos acuerdos solventados con dinero en efectivo.

La lista del presidente no es información nueva. Desde hace tiempo se habían hecho públicos varios casos. Lo que se ha documentado muy poco son los acuerdos extra legales, que debían ser así para no ser fiscalizados por las autoridades electorales.

En el importante reporte de Dinero Bajo la Mesa, se hizo un gran esfuerzo por documentar la alta participación de dinero ilegal en las campañas electorales. Buena parte de esos recursos, no fiscalizables, se iban justamente a acuerdos con medios y comunicadores.

Sería injusto aseverar que absolutamente todos los medios de la lista publicada incurrieron en estas malas prácticas. Pero no podemos negar que la mayoría de los mencionados sí jugaron muy cómodamente bajo las reglas de los anteriores gobiernos.

Hoy existe una desesperación de varios medios por ser estridentes y criticar cada acción del nuevo gobierno. Una estrategia altamente equivocada por varias razones. La principal, porque muchos de esos medios no cuentan con credibilidad ni legitimidad social.

Es urgente que los medios de comunicación, si realmente están preocupados por el bienestar y rumbo del país, entiendan que lo primero que deben hacer es demostrarle a la sociedad que no son esos entes corruptos que algún día fueron al amparo del poder.

Si no se preocupan por entender que la sociedad es muy distinta, y que la coyuntura política no es como la que estaban acostumbrado, con su estridencia y constante crítica solo seguirán desprestigiándose aún más, y fortaleciendo el inteligente discurso de confrontación de la 4T.

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En estos tiempos de polarización, rencores y fobias, solo prevalecerá quien más logre conectar con la sociedad, y quien sea capaz de pensar con la cabeza fría. Al menos por la primera razón, el presidente lleva todas las de ganar.

Es indispensable que quienes deberían ser contrapesos, primero tengan la sensatez y humildad de aceptar los errores y excesos en los que incurrieron, y que construyeron las condiciones para hoy estar en la circunstancia política y social que estamos.

Solo así se podrán lavar cara ante la sociedad. Y solo construyendo nuevamente credibilidad y legitimidad, podrán alcanzar una posición sólida para ser el contrapeso social que tanto le urge a este país.

Los medios que no reconozcan errores, que no entiendan a la sociedad, y que insistan en la estrategia de estridencia y ataque, solo lograrán automarginarse y ser los blancos perfectos de la 4T, al confirmar todas las críticas históricas que el presidente ha logrado posicionar.

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