OPINIÓN: Un presidente para todos
Nota del editor: Ana Laura Barrón ( @SoyAnaLaura ) es investigadora en Ethos Laboratorio de Políticas Públicas . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de la autora y no necesariamente las de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
(ADNPolítico) – La contienda electoral de este domingo 1 de julio ha dado resultados favorables para Andrés Manuel López Obrador y la coalición política que lo impulsó tanto en la Ciudad de México como en los estados que eligieron gubernaturas y en el Congreso de la Unión. Con un alto nivel de participación pública, este proceso se ha distinguido por la aprobación con una amplia ventaja de quienes serán los próximos representantes populares.
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Acto seguido, es necesario comenzar a definir la agenda para la transición política que habrá de culminar en diciembre próximo. Es esencial el consenso de los sectores público, privado y social para el mejor diseño e implementación de las políticas públicas que nuestro país necesita. Independientemente de los compromisos suscritos en su plataforma política electoral, la sociedad civil organizada espera que el próximo presidente de la República oriente la planeación nacional del desarrollo hacia el desarrollo sostenible.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas contempla 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible cuya proyección es de largo plazo y reconoce como un principio fundamental para su alcance el establecimiento de una agenda multisectorial que sea adoptada como parte de la política interna de los países que han suscrito dicho compromiso.
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El desarrollo sostenible implica un esfuerzo conjunto de múltiples actores a través del establecimiento de alianzas para la consecución de objetivos determinados, y deberá atender a una visión de largo plazo que garantice el bienestar y la mejora en las condiciones de vida de las personas sin comprometer los recursos y las oportunidades de las generaciones futuras.
Para que una agenda de desarrollo sostenible sea eficaz se necesita que estas alianzas se construyan sobre la base de principios y valores, una visión compartida y objetivos comunes. En este sentido, es importante resaltar la importancia de consolidar alianzas estratégicas que, bajo criterios inclusivos, prevean la transversalidad de las acciones de gobierno para mitigar las barreras existentes al desarrollo en sus distintos ámbitos: económico, social, ambiental y humano.
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El objetivo 17 de la Agenda 2030 se refiere a las Alianzas para cumplir los objetivos y plantea la necesidad de celebrar alianzas estratégicas entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil para el impulso de iniciativas conjuntas de largo plazo. Las alianzas son un instrumento que, bajo ciertas condiciones, pueden contribuir al establecimiento de acuerdos y agendas de trabajo multilaterales, multisectoriales e interdisciplinarias que saquen a flote los desafíos más importantes para el futuro de la nación.
La sociedad civil organizada es un pilar para la articulación de las agendas públicas en los tres niveles de gobierno, y hoy más que siempre, deberá demostrar su potencial para el impulso de las acciones que la Agenda del Desarrollo Sostenible requiere; así como su compromiso con la transición democrática que ha dado inicio a partir de los resultados de este proceso.
Lograr la apropiación multiactor de la agenda en las actividades cotidianas de la administración pública requiere del establecimiento de estrategias y la articulación de mecanismos para la concertación del diálogo con actores de los tres niveles de gobierno, con el objetivo de permitir que los alcances de la Agenda del Desarrollo trasciendan más allá de los ciclos políticos.
Nuestro próximo presidente tiene el reto de lograr la unidad y fortalecer el compromiso con todos los actores que participan en el proceso de transición para el trabajo conjunto y el logro de acuerdos que sean beneficiosos para los múltiples sectores de la sociedad.
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México necesita un presidente que gobierne para todos más allá de la esfera o el sector, trascendiendo ideologías políticas e intereses particulares. A continuación debemos cerrar filas y abrir el paso a un proceso integral y coordinado para el diseño de las políticas públicas que atiendan los retos que el contexto global demanda.
Este proceso inclusivo y plural deberá efectuarse con apego a Derecho, pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales de las personas, para la construcción del cambio en la vía del desarrollo sostenible.
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