OPINIÓN. Elección México 2018: una lección para la historia
Nota del editor: Don Porfirio Salinas es híbrido de política, iniciativa privada y escenario internacional. Priista orgulloso de “el valor de nuestra estirpe” (Beatriz Paredes dixit); y antagónico al régimen actual, contrario a esta estirpe. Convencido de la política como instrumento de construcción de país, desde cualquier trinchera. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(ADNPolítico) – Podríamos decir que desde 1988, las elecciones presidenciales en México han sido históricas, cada una por diferentes motivos. La de 88 por ser la primera en la que el PRI gana en un entorno altamente competido y surge la fuerza de izquierda que se convertiría en PRD. La de 94, por estar marcada por un entorno nacional muy difícil, caracterizada por el asesinato de Colosio. La de 2000, por ser la primera vez en 71 años que el PRI pierde la presidencia, dando paso al PAN. La de 2006, por ser la más cerrada y convulsa. La de 2012, por el regreso del PRI al poder, que para muchos era impensable.
Pero esta elección del domingo combina muchos factores que le dan una relevancia preponderante. Es una elección que sienta muchos precedentes para la democracia de México. No solo por los números ya conocidos: la lista nominal más grande de la historia con poco más de 89 millones; la elección con el mayor número de cargos a elegir, con poco más de 3,400; el alto número de ciudadanos funcionarios de casilla, con poco más de 1 millón 400 mil; entre otros.
OPINIÓN: Hoy no se puede regresar al Sistema Hegemónico
Esta jornada electoral, llevada mayoritariamente en paz y con orden, tiene muchas implicaciones muy importantes. Esta elección se perfila para ser, a reserva de que se publiquen los números oficiales finales, la de mayor ventaja de votación desde 1982. Es decir, la elección más cómoda desde que comenzó a debilitarse el famoso sistema hegemónico del PRI. De confirmarse los números, López Obrador podría estar ganando con más de 53% de los votos, contra un segundo lugar situado en un 22 a 23%; y el distante tercero en un 16%.
nullCon una participación ciudadana del 63%, que está en el rango promedio histórico, López Obrador está recibiendo prácticamente 30 millones de votos; será el presidente más votado de la historia reciente. Para dimensionar, hace 6 años, Enrique Peña Nieto fue electo con 19 millones; y hace 12 años, Calderón con 15 millones. Anaya tendría alrededor de 12.5 millones, y Meade aproximadamente 9 millones. Es decir, juntos, los dos partidos más tradicionales de México, tendrían apenas 1 millón más que López Obrador.
Es una victoria no solo contundente, es la victoria más icónica desde que tenemos elecciones presidenciales con competencia pluripartidista en México. Es de particular atención que el PRI, con Meade, quedaría incluso por debajo de 2006, que era la peor elección del PRI. En aquel año. Roberto Madrazo obtuvo 22.2% de la votación, con 9.3 millones de votos. Cabe destacar que la Lista Nominal de ese año fue de 71 millones, casi 20 millones que ahora. Proporcionalmente, es una gran derrota la del PRI con Meade.
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En el Congreso, todos los números están apuntando a una muy posible mayoría simple de la coalición Juntos Haremos Historia en ambas Cámaras del Congreso. En la Cámara de Diputados, incluso podrían estar cerca del mítico número de 300 Diputados. En el Senado el escenario es un poco más competido. Nuevamente, el PRI quedaría por debajo de 2006; muy por debajo en el caso del Senado.
Y a nivel estatal, Morena tendrá, al menos con los datos disponibles, cinco gubernaturas; una posible sexta que aún está cerrada. Más allá de las cuatro que se daban por descontado (CDMX, Morelos, Tabasco y Chiapas), es de particular relevancia el caso de Veracruz. Este estado tiene grandes implicaciones no solo por ser de los cinco más poblados del país, sino por la batalla intestina que se dio con el actual Gobernador Miguel Ángel Yunes. Una pelea prácticamente personal.
Según los resultados del Conteo Rápido del Instituto Electoral Veracruzano, Morena podría ganar con aproximadamente 45%; el PAN tendría un 38%; y el PRI se va a un piso histórico de 14%. La distancia entre Morena y el PAN es contundente. Veracruz fue un estado prioritario para López Obrador desde 2016, y lo demostró pasando dos semanas completas allá durante la precampaña presidencial; sabe que le da muchos millones de votos. Hoy, Morena estará gobernando 2, o tal vez 3, de los cinco principales estados en términos de padrones electorales. Y en CDMX se rompieron 21 años de presencia casi hegemónica del PRD.
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Abonando a aspectos importantes de esta elección está el hecho de que tanto Meade como Anaya salieron inmediatamente después de las 8 de la noche, hora de publicación oficial de encuestas de salida y del mensaje de Lorenzo Córdova para el arranque del PREP, a reconocer la tendencia a favor de López Obrador. Ambos, Anaya incluso mencionó ya haber hablado con él por teléfono. Un poco después reconoció 'El Bronco'.
nullUn par de horas después el presidente del Consejo Coordinador Empresarial dio un mensaje de conciliación y colaboración, muy distinto al discurso de la cúpula empresarial durante la campaña. Finalmente, después del mensaje del INE a las 11 de la noche con resultados del Conteo Rápido, el presidente Peña Nieto en su mensaje dijo que ya había hablado con López Obrador, y garantizó el apoyo para una transición ordenada y eficiente, haciendo un llamado a la unión por encima de diferencias.
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Finalmente, Andrés Manuel López Obrador emitió dos mensajes, uno en el auditorio de un hotel y otro en el Zócalo. Lo primero que hizo fue un llamado a la reconciliación nacional, reconociendo tanto a los otros candidatos como a las personas que votaron por ellos. Habló de cambios profundos, pero siempre con apego al orden legal. Dio algunos mensajes de certidumbre económica. Y adelantó que el martes se reunirá con Peña Nieto para iniciar el diálogo de transición; y que a partir de septiembre hará una gira nacional como presidente electo. Mensajes con un tono incluyente y moderado.
Estamos en un momento histórico importante. La segunda vez que el PRI pierde la presidencia, pero la tercera vez que hay un cambio de partido en el poder. Y ahora no es solo un cambio de partido, es un cambio prácticamente de régimen. Será el primer gobierno de un partido de izquierda en México y será también el primer Congreso de la Unión mayoritariamente de izquierda. Además de los cambios a nivel local.
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Se modificarán significativamente los actores en la toma de decisión, pero también las dinámicas políticas. Los dos partidos tradicionales, PRI y PAN, quedan gravemente heridos, y con una gran deuda con la sociedad. Para la gobernabilidad democrática será fundamental reconstruir a ambos, y consolidar a Morena ya como partido y no un mero movimiento social. Y sobre todo, será fundamental construir contrapesos sociales.
Esta elección es una lección: los errores acumulados se pagan y se pagan muy caro. Dice un viejo refrán que o cambias o te cambian; hoy, la ciudadanía decidió hacer un cambio. Esperemos que la propia sociedad decida también cambiar y asumir su rol en la democracia. El país lo construimos todos, no solo el gobernante en turno. Se logró un cambio histórico de régimen, ahora logremos el cambio histórico como sociedad.
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