Hablar de sexualidad con un niño puede resultar incómodo, pues muchas veces no se está preparado para contestar algunas preguntas, además los padres de familia tienen dudas sobre a qué edad deben hacerlo.
A continuación te presentamos lo que recomiendan expertos, organismos públicos y dependencias de salud para que tengas una idea de cómo abordar el tema.
La American Academy of Pediatrics (AAP) integrada por aproximadamente 67,000 pediatras de diferentes países, entre ellos México, separa las preguntas más frecuentes que pueden surgir en diferentes etapas de la niñez:
"¿Cómo llegué a tu barriga?""¿Dónde estaba yo antes de llegar a tu barriga?""¿Cómo salí?""¿De dónde vienen los bebés?""¿Por qué las niñas no tienen pene?"
18 meses a 3 años de edad. Los niños en este grupo etario comienzan a aprender acerca de su propio cuerpo. Es importante enseñarles los nombres apropiados de cada parte del cuerpo, sobre todo porque en esta edad se está en el proceso de control de esfínteres.
Se recomienda enseñar a los niños qué partes son privadas (las partes cubiertas por un traje de baño).
4 a 5 años de edad. Los niños en este grupo de edad pueden comenzar a mostrar interés hacia la sexualidad básica, tanto la propia como la del sexo opuesto. También es posible que se toquen los genitales, e incluso que muestren interés hacia los genitales de otros niños. Estas son señales de un interés normal.
Sin embargo, es importante que los niños aprendan qué es correcto y qué no. La familia debe establecer límites a la exploración. Estas son algunas cosas que podría enseñarles a sus hijos:
Los especialistas detectaron que las dudas en edad escolar son las siguientes:
"¿A qué edad puede una niña tener un bebé?"
"¿Por qué un niño tiene erecciones?"
"¿Qué es la menstruación?"
"¿Cómo tienen relaciones sexuales dos personas?"
"¿Por qué a algunos hombres les gustan los hombres?"
5 a 7 años de edad. Aprenden más acerca de las relaciones interpersonales y pueden interesarse en lo que pasa sexualmente entre los adultos. Sus preguntas se harán más complejas a medida que tratan de entender la conexión entre la sexualidad y la gestación de un bebé. También pueden recurrir a los amigos para hallar respuestas.
8 a 9 años de edad. Los niños en este grupo de edad probablemente ya tengan una noción de lo que es correcto e incorrecto. Son capaces de entender que el sexo es algo que ocurre entre dos personas que se aman. Pueden mostrar interés hacia el modo en que papá y mamá se enamoraron.
A medida que surgen preguntas sobre romance, amor y matrimonio, también podrían sentir curiosidad hacia las relaciones homosexuales.
Al respecto, la psicoterapeuta, Erika Lara Liberato, señala a Expansión, que el ser humano es un ser integral y la sexualidad nace al mismo tiempo que nace el hombre, pues la sexualidad como tal, no se debe entender como el coito o la genitalidad solamente sino que la sexualidad infantil tiene que ver con el conocimiento del cuerpo del niño y la relación que él pueda tener con su propio sentir.
“Por lo cual el niño nace con el derecho a ejercer su sexualidad desde el nacimiento entendiendo la sexualidad como el conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas del individuo”.
La educación sexual debe entenderse como el derecho que tiene todo individuo de construir una relación sana con su cuerpo, su sentir y debería ser una educación básica desde el inicio de la vida. Los niños y niñas tienen el derecho de conocer y tener información acerca de su cuerpo y su sentir
Por su parte, Inmujeres asegura que recibir Educación Integral en Sexualidad (EIS) es un derecho de las niñas, los niños, las y los adolescentes y jóvenes, por lo que sugiere que se lleve a cabo de forma decidida en casa para saber qué tipo de información están recibiendo los niños.
Actualmente, la reciben como resultado de la vida cotidiana, la influencia de medios de comunicación y de mensajes velados que pueden estar basados en estereotipos y roles tradicionales de género, así como en ideas tergiversadas o erróneas acerca de la sexualidad humana.
Asimismo, se recomienda lo siguiente para que esta conversación no sea incómoda:
