Corridos tumbados, lujo, poderío y moda, ¿qué hay detrás de sus letras?
Los corridos tumbados son un fenómeno musical cuyo éxito deriva de varios factores, entre los que destaca la juventud; las drogas y la narcomoda también están presentes.
“Peso Pluma ” como mejor se le conoce a Hassan Emilio Kabande Laija, es el nuevo fenómeno musical cuyos éxitos se escuchan en todos lados y no solo con “Ella Baila Sola”, dueto con el grupo Eslabón Armado, sino que El álbum 'Génesis' acumuló 101.8 millones de reproducciones en streaming, lo que lo posiciona como uno de los álbumes regionales mexicanos más escuchados.
El fenómeno de los corridos tumbados no solo cuenta con doble “P”, como también se hace llamar, sino que hay más representantes de este género musical como Natanael Cano, Junior H, el grupo Fuerza Regida, entre otros.
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Sin embargo, los corridos como tal, no son nuevos, tienen más de 100 años de presencia en nuestro país, aunque recientemente el subgénero de los corridos tumbados ha sido un fenómeno, sobre todo, entre los jóvenes. Así lo señala Ana Leticia Hernández Julián, doctora en Comunicación por la Universidad Iberoamericana.
“Hay que entender que no es un fenómeno nuevo para nada. Sin embargo, en los últimos meses ha habido un boom en torno a este subgénero; específicamente a partir de la figura de Peso Pluma”, detalla en entrevista con Expansión.
Existen diferentes factores que hacen de los corridos tumbados un fenómeno musical, uno de ellos es el empuje de las industrias que están detrás de todo este subgénero, principalmente disqueras avecindadas en California, Estados Unidos, agrega.
Vanessa Parody Lozano, licenciada en Sociología, detalla que los corridos tenían una función política y social: eran contar las historias de los héroes, primero en la Independencia y luego con la Revolución Mexicana.
“Eran una apropiación e imaginario del pueblo, contaban lo que los medios no. Incluso, servían para desprestigiar a candidatos y figuras de la política de la época”, asegura en entrevista.
Para ella, posteriormente, ya con los narcocorridos las letras cambian, incluso la música también tiene otras lecturas, y entonces se empiezan a contar las historias que aparentemente algunos medios de comunicación no cuentan.
La moda entre los jóvenes
Héctor Olivares Tabla, de 18 años, despacha rápidamente a sus clientes que acuden a la tienda de abarrotes donde trabaja, para regresar su mirada a la pantalla que transmite una fiesta entre jóvenes vestidos con jeans, trajes y camisas de marca, portando armas y acompañados de mujeres voluptuosas, una camioneta de lujo de fondo y la banda en vivo completan la escena musical.
“Me gustó la canción de Disfruto lo malo de Natanael Cano y desde ahí me comenzaron a gustar, es lo que escuchamos los jóvenes”, expresa cohibido ante las burlas de sus amigos afuera de la tienda de abarrotes en donde trabaja.
Héctor porta gorra y tenis de marca, se recarga en su moto y cuenta que su gusto por los corridos tumbados tiene apenas cinco meses, sus cantantes favoritos son Natanael Cano y Fuerza Regida.
“Me gustan las excentricidades que sacan en los videos, los carros, todo ello me gusta”, comenta.
Una de las características de los corridos tumbados es que sus exponentes son jóvenes que apenas rebasan los 20 años, con unaestética muy distinta a la de otros intérpretes del regional mexicano, además de que presentan fusiones con otros géneros musicales como trap, hip-hop y hasta reggaeton.
En la actualidad, los tumbados son la vertiente más reciente y famosa del género corridístico, su fama también se fundamenta sobre todo en la viralidad y redes sociales.
Hay un cambio en las audiencias, pues al ser jóvenes sus exponentes, se identifican con lo que ven en los cantantes, no con el sombrero, no con una camisa a cuadros, sino con marcas de moda.
El narcotráfico y la mención a algunos líderes de cárteles mexicanos también están presentes en sus letras, aunque no en todas de forma explícita.
En la canción “CH y la pizza”, se exalta a uno de los cárteles del narcotráfico, al de Sinaloa, cuyo fundador Joaquín “El Chapo” Guzmán (cuyas siglas son JGL / Joaquín Guzmán Loera, quien se encuentra purgando una condena en Estados Unidos), y a uno de sus hijos, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quien de acuerdo con autoridades es uno de los actuales operadores.
“Todos patrocinados por un tal vienen y ván”, que se entiende como Iván.
Otra canción que menciona al “Señor Guzmán” es la de “Siempre Pendientes”, una colaboración entre Peso Pluma y Luis R, mientras que “Los del Golfo”, del cantante El Fantasma, menciona a este cártel del crimen organizado y que menciona a Reynosa, Tamaulipas, como uno de los estados donde opera.
Rosa Pastel es otro de los éxitos de Peso Pluma y hace referencia a la llamada “droga de los ricos", la cocaína rosa que se consume en Europa. Con letras e imágenes que refieren al cristal, la cocaína como “polvo”, fajas de billetes, y las drogas de moda, son una constante de este subgénero.
“Implícito, no te dicen como tal la palabra, pero entre ellos hay sus códigos y demás”, como por ejemplo, la canción PRC significa éxtasis, cocaína y cristal”.
“En cuanto a cárteles, si vamos con los Tucanes de Tijuana, pues ellos se ligaban mucho con el Cártel de los Arellano Félix, porque en ese momento era lo que estaba en boga”, explica Hernández.
Popularidad basada en la narcomoda
Para Parodi Lozano, quien se especializa en políticas y gestión cultural, se trata de una moda en torno a la cultura del narcotráfico en la que se exalta el poderío, el éxito basado en dinero, mujeres, posesiones y demás artículos que gira en torno a la llamada “narcomoda”.
“Entonces, cuando hablamos de una cultura del narco es que hay toda una moda alrededor, todo un simbolismo, y toda una sobrevaloración de los códigos. Habría que preguntarnos por qué esta necesidad de ser admirado y respetado por ostentar este tipo de poder y violencia, sobre todo en las masculinidades”, explica.
“Pacas de billetes y una mente que las puede… me cambió la vida, nunca para abajo siempre para arriba. Carrito del año y hasta gente que me cuida…”, Pacas de Billetes, canción de Natanael Cano.
El cantante originario de Hermosillo, Sonora, aparece rodeado de mujeres voluptuosas, a la orilla de paradisíacos lugares, y realizando poses de meditación. El video ya cuenta con más de 62 millones de reproducciones desde su estreno en mayo pasado.
Leticia Hernández explica que las letras y los videos exponen los logros ya alcanzados, los jóvenes ya poseen dinero y lujos, contrario a generaciones pasadas, los que se aspiraban a poseer. “Esta generación ya lo logró”, sentencia.
“El corrido como tal es un producto que se va a alimentar mucho del contexto sociopolítico y cultural en el que tiene lugar. Antes, los corridos del narcotráfico, hablaban de estos personajes que buscaban el ascenso social, que eran pobres y gracias al narcotráfico ahora se vuelven ricos”.
Para la autora de “Los usos sociales del corrido de narcotráfico en Tijuana”, explica que ya se observa una transición en la que los personajes ya tienen una vida de lujo, una movilidad social, pero no se sabe cómo. La evolución se muestra con las marcas que son como un referente de la personalidad, que no solo vemos en la música, sino también en el discurso estético de estos personajes como Natanael Cano, o como Peso Pluma. Entonces, también tiene que ver con una forma de identificación.
“Y bien forrados los paquetes van No hay pendiente, no puedo fallar Siempre estoy listo para cruzar Polvo, ruedas y también cristal…”, parte de la letra de PRC de Natanael Cano y Peso Pluma.
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Armas y autos de lujo
Armas como la glock que la menciona Peso Pluma en la sesión 55 con Bizarrap, ésta y demás canciones mencionan las armas y autos de lujo, que usan actualmente quienes forman parte del narcotráfico.
“Se está hablando de las armas que en ese momento se estaban utilizando, como las Kalashnikov, (AK-47), la 40 y las glock. Hay una evolución en el discurso, en la forma en la que se presentan estos nuevos cantantes, que ahora van mucho para la juventud”, detalla Ana Leticia Hernández.
La mujer cosificada
“Compa, qué le parece esa morra, la que anda bailando sola, me gusta pa´mí…”, la canción “Ella baila sola”, de Peso Pluma, se escucha en las calles, con los automovilistas, en el transporte público, incluso en los festivales escolares de primarias.
La mujer está presente en la mayoría de los videos que la muestran con poca ropa, guapas, voluptuosas y que acompañan a los intérpretes, como un objeto de deseo y lujo, así lo explica la socióloga Vanessa Parody, egresada de la Benemérita universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
“En la época de la Revolución, se voltea a la mujer de una manera diferente, como una guerrillera, una educadora, una maestra. Cuando pasa al narcocorrido la mujer, en su mayoría, no en todas las canciones, pasa a ser cosificada del sujeto hablante”.
La maestra en Estudios Sociales detalla que aunque la mujer tenga en algunas letras cierto poderío, éste siempre es cosificado porque el hombre está a cargo de la narración, y las representantes del género femenino aparecen sólo como acompañantes, “no se es única y especial”, explica.
Un punto de vista moral
En junio, la diputada local del PAN, Myrna Flores Cantú, presentó una iniciativa para exhortar a la Secretaría de Educación con el fin de que se prohíba en las escuelas
de Tamaulipas reproducir la música que hace apología del delito.
“Existe una realidad en nuestras escuelas, en cuanto a los temas musicales que se tocan durante eventos y festejos dentro de ellas, me refiero a los llamados narcocorridos. También se toca el género denominado corridos tumbados”, expuso ante el Congreso local.
Flores Cantú recomendó enseñar a la niñez el gusto por canciones de acuerdo a su edad que, “en lugar de cosas negativas, les proporcione alguna enseñanza como la amistad, la empatía y el respeto por cualquier forma de vida”, aseguró.
Sin embargo, las especialistas coinciden en que no es un factor clave para que las personas decidan sumarse a las filas del narcotráfico, además de que no se puede colocar a los niños en una burbuja, sobre todo cuando todo el entorno social está lleno de violencia.
“Más allá de estas cuestiones de si es bueno o malo, también entender en qué entorno se están consumiendo. Lamentablemente, las condiciones sociales están dadas para que algunos se enfilen en grupos criminales, donde existe violencia, no hay oportunidades, hay carencias. No es nada más porque yo escuche un tema y voy a querer formar parte de x cártel”, explica la doctora Hernández Julián.
“No hay que tener un punto de vista moral, la violencia a todos nos asusta, pero también es cierto que la forma en la que se está contando, se exacerba. Entonces, prohibir genera más deseo, esas son las dicotomías en las que nos movemos. No se trata de ello, se trata de escuchar con criterio qué sirve en nuestras vidas y qué no, y qué nos ayuda por el colectivo para la sociedad, no sólo como seres individuales, sino qué está diciéndonos y qué nosotros tomamos como cierto en nuestras vidas”, enfatizó Vanessa Parody Lozano, egresada de la BUAP.