Su nombre es Luz y desde hace siete años y medio no ve. ¿La razón? Necrólisis epidérmica tóxica, un padecimiento que, además de afectar su vista, debilita los músculos de sus piernas. Sin embargo, esto no le impide rodar por dos glorietas durante el paseo ciclista que se llevó a cabo sobre Paseo de la Reforma el pasado domingo en la Ciudad de México.
Luz llegó acompañada de Alton Alvarado Chávez, economista de profesión y voluntario de la Asociación Civil Paseo a Ciegas, que realiza, además de recorridos en bicicleta, visitas a museos y asistencia a obras de teatro, entre otras actividades.
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Después de tomar el taller de sensibilización el año pasado en el Castillo de Chapultepec, Alton Alvarado Chávez decidió aventurarse como voluntario en el Paseo a Ciegas , en donde ya suma cuatro experiencias en las que ha rodado con diferentes beneficiarios, algunos de los cuales le han sorprendido por su capacidad deportiva, pues algunos no solo practican la bici: también corren, nadan o hacen alguna otra actividad.
“La primera vez me tocó un beneficiario, su nombre era Alfredo, muy deportista, también nada. Él me empezó a contar todo lo que hacía; era mi primera vez como voluntario y él ya era un experimentado. Le decía: ´¡vamos a darle!´ y él me contestaba: ´¡Sí! ¿Estás seguro?´, y es ahí donde entra el orgullo", expresó. Confiesa que desde que se dedica al voluntariado, se quitó algunas ideas preconcebidas sobre las personas invidentes.
Para Luz, la experiencia es más que satisfactoria. “Me da mucha felicidad sentir el aire, saberme libre y que no me detenga un hoyo o una coladera abierta. En la bici no hay nada de eso, me siento muy libre”, compartió Luz María Valero Ramírez a Expansión. La mujer, de 57 años y próxima a casarse, detalla que fue diagnosticada con la enfermedad a los 49 años y medio. Después de tres meses de vivir con sus padres, decidió partir por su cuenta en la búsqueda de su independencia. Además, la escuela la ayudó mucho para realizar distintas labores, como el cocinar.
“...hoy en día manejo el celular, la computadora, cocino, lavo, todo lo que se hace en casa. Soy independiente en todo”. Sentada en un banco, y tomada de la mano de su prometido, detalla sus labores cotidianas.
Luz aprovecha para enviar un mensaje a las personas que, tras perder alguno de los sentidos, deciden enclaustrarse: lo más importante es buscar ser independientes, ya que las personas cuidadoras pueden llegar a cansarse de hacerles la mayoría de las cosas.
“Si no pueden cocinarse, al menos que se preparen un café, que se laven, que acomoden su ropa, todas esas cosas que son tan necesarias. A mí me han dicho: “¿podrías investigar esto? Yo digo: ´¡no!´ Yo te puedo investigar lo que me digas, hay cosas que no puedes, que se necesitan los ojos, y es ahí cuando pides ayuda, pero aun así trato de ser lo más independiente posible”. Voltea hacia donde está su pareja a quien le aprieta la mano. En su rostro hay una sonrisa.
La rodada o pedaleada se realiza en bicicletas tandem, en las que los voluntarios se aseguran de mantener siempre contacto, desde explicarles cómo subir hasta asegurarse de que toquen el asiento y el manubrio. Después, les explican que, a la cuenta de tres arrancan, para que sea al unísono y resulte más fácil el arranque.
“...yo creo que es maña que fuerza, los baches, a veces por avenida Insurgentes hay ramas, pero ya vas más tranquilo, manejas la bicicleta hasta con una mano. En la primera experiencia yo iba muy tenso, llegué adolorido de toda la espalda, ahorita ya no, esa es la diferencia entre la primera y la segunda experiencia como voluntario”, expresó Alton antes de dirigirse a otro beneficiario; tras dos intentos, logran arrancar desde la glorieta de la Diana Cazadora rumbo a la de la Palma, con todo y el calor intenso de mediodía.
Ataviado con casco, ropa deportiva y una estatura arriba del promedio, Alton asegura que tomar el taller de sensibilización en Paseo a Ciegas le ayudó a tener una mayor perspectiva acerca de las personas invidentes, pues aunque su mamá tiene una degeneración macular en el ojo, y le ha expresado que solo ve las orillas de las cosas, no completamente, fue hasta esta experiencia de cuatro horas, en condiciones de ceguera, que tuvo mayor empatía con ella.
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¿Qué es Paseo a Ciegas?
El director de la Asociación Civil Paseo a Ciegas, Manuel de la Torre, explicó que el objetivo primordial es generar actividades recreativas, culturales y deportivas para personas con discapacidad y con el apoyo de los ciudadanos, algunos de los cuales se convierten en voluntarios.
“Son ciudadanos que de buena voluntad van los domingos al paseo en bici o al cine, teatro, conciertos, clases de baile, de pintura”, detalló en entrevista telefónica.
Alton Alvarado aseguró que desea continuar como voluntario y que lo motiva que hay algunos que llevan siete años o más.
“Sí, pienso continuar, es muy bonito, desde el curso, desde ahí te va dejando muchas cosas. Me quité mitos como el pensar que los invidentes no saben andar, pero no es verdad, tienen mejor equilibrio que uno”.
“Hay que venir bien preparado, bien dormido porque algunos son atletas y te van a decir: ´Oye, ¿ya te cansaste?, ¡dime!´”, expresó Alton mientras se alistaba para dar otro paseo junto a un hombre invidente.
En tanto, el director de la AC., Manuel de la Torre, explicó que el taller de sensibilización es un requisito para el voluntariado. Además, tienen una aportación de 200 pesos, que sirve para darle mantenimiento a las bicicletas entre otros gastos. Paseo a Ciegas cuenta con 27 bicicletas tandem. Antes eran más, pero derivado de la pandemia tuvieron que vender 29 para solventar gastos.
Manuel de la Torre explicó que se mantienen de las donaciones, para lo cual tienen una cuenta en el Banco Inbursa, además de que también venden diversos artículos como playeras. Las personas que circulen por Paseo de la reforma, y deseen apoyar la causa, pueden hacerlo con donativos en las alcancías del stand.
Si deseas participar como voluntario o hacer donativos te dejamos los enlaces de sus redes sociales y el número de cuenta para donar: