Un médico ortopedista, una impresora 3D y un grupo de niños conforman un "escuadrón de superhéroes" en Ciudad de Juárez, Chihuahua. ¿Cómo lo hacen? A través de prótesis que dan el poder de la confianza y aceptación social.
El doctor a cargo de este escuadrón es Oscar Juárez Guzmán, médico ortopedista y traumatólogo desde hace cuatro años, y quien combinó dos de sus grandes intereses para el desarrollo de prótesis 3D para niños: el tratamiento de las articulaciones y el desarrollo de software o programación.
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Oscar Juárez, quien labora tanto en el sector público como privado, platica en entrevista con Expansión Política cómo desarrolla estas prótesis y cuál es el poder que adquieren sus pacientes cuando las usan.
Pruebas y errores
Al trabajar en una especialidad que se relaciona directamente con el aspecto quirúrgico, Juárez Guzmán comenzó hace dos años a desarrollar la impresión 3D en las actividades de sus cirugías.
"Empecé haciendo réplicas de los problemas de mis pacientes, de las fractura o de las zonas que voy a trabajar en la columna, para tener un modelo plástico en escala real y poder hacer la cirugía con un panorama más amplio antes de intervenir al paciente. Así empecé a explorar primero esa parte, conociendo cómo funciona una impresora 3D y haciendo pruebas y errores", cuenta el doctor.
Hace unos ocho meses a su consultorio llegó un paciente de seis años de edad, y eso le dio un giro a su labor. El menor iba para ser atendido por un problema en la rodilla, pero el médico notó que le faltaba el antebrazo; la mamá del niño le dijo que era una afección congénita.
El doctor Oscar Juárez coloca una prótesis de Spider-Woman
Monserrath Montanez, de cuatro años, recibe una prótesis de brazo en 3D con diseño de Spider-Woman que fue donada por el ortopedista Oscar Juárez, quien entrega prótesis con diseños de superhéroes a niños de escasos recursos sin brazos, en Ciudad Juárez, México.
José Luis González/Reuters
El doctor Juárez invierte horas extra en imprimirle "poderes" a las prótesis de su invención.
Aquí, el ortopedista Óscar Juárez, quien entrega prótesis con diseños de superhéroes a niños de escasos recursos sin brazos, aparece mientras trabaja en la elaboración de una prótesis impresa en 3D que al final recibió Monserrath Montanez, en Ciudad Juárez.
José Luis González/Reuters
Monserrath Montanez le muestra su prótesis a sus hermanos
Monserrath Montanez, de 4 años, juega con sus hermanos mientras usa una prótesis de brazo 3D con diseño de Spider-Woman que le donó el ortopedista Óscar Juárez.
José Luis González/Reuters
Monserrath Montanez y el doctor Oscar Juárez
Monserrath Montanez, de cuatro años, es una de las beneficiadas de las donaciones del ortopedista Óscar Juárez.
José Luis González/Reuters
Monserrath Montanez recibe un brazo protésico
El ortopedista Oscar Juárez realizó un brazo protésico de Spider-Woman impreso en 3D y se lo colocó a una niña de cuatro años.
José Luis González/Reuters
Monserrath prueba su brazo 3D
Monserrath Montanez, luego de recibir su prótesis.
José Luis González/Reuters
"Entonces empecé a investigar si yo podía ayudarle en algún aspecto a tener algo un poco parecido a una mano y que le ayudara a generar ciertas funciones, porque aunque él se valía bastante bien por sí solo con su otra mano y la parte del brazo que sí tenía, pero no es lo mismo que tener algo que puedas utilizar de una forma más funcional", narra Oscar Juárez.
El doctor ya tenía algunos meses experimentando con la impresión 3D, así que se dedicó a buscar modelos de prótesis por Internet que pudieran servirle a su paciente. Y una vez más, prueba y error con distintas dispositivos, primero de tamaño grande, como para adulto, para medir la resistencia y funcionalidad.
Finalmente, llegó a un modelo mucho más funcional, de descarga libre, y solo hizo algunas modificaciones, entre ellas, poner distintos colores para que fueran atractivas para los niños.
"También pensé en hacer algo que fuera llamativo para los niños, quería que ellos quisieran usar estas prótesis como si fueran superhéroes, que es algo que a mí también me gusta mucho", expresa. Y así, su paciente recibió la primera prótesis desarrollada por el doctor, con diseño de Iron Man.
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¿Qué hay detrás de cada prótesis?
Desarrollar una prótesis que se adapte a cada paciente, así como monitorear la funcionalidad y progreso, requiere de tiempo, pero sobre todo, de paciencia.
"El paciente viene conmigo, revisamos qué extremidad es la que está en función, si (el niño) tiene todavía preservación del codo, de la muñeca, y con base en todo esto hago la prótesis que se adapte a los movimientos que todavía pudiera tener", explica Oscar Juárez.
El siguiente paso es sacar las medidas de la extremidad a tratar, ver qué tan larga o ancha debe ser, y buscar la manera de que sea más cómoda para el paciente, a quien vuelve a citar en tres semanas para, ahora sí, probarse la prótesis.
Pero, ¿y qué hay de los diseños? "Entre cirugías, consultas o a veces en la noche o en fin de semana, me doy a la tarea de preparar cada uno de los aparatos en distintos colores. (En la computadora) tengo mi carpeta ya con los archivos que van de un color, los que van de otro, para poder colocarlos al final, y así los voy imprimiendo por partes", cuenta el médico.
Además, cada una de las piezas tiene que ser limpiada y esterilizada antes de su uso. En el proceso, Oscar Juárez ha tenido que ir perfeccionando sus conocimientos en programas digitales, diseño y animación, aun cuando se le facilita el uso de la computadora.
"Yo creo que si no hubiera estudiado medicina, habría sido algo relacionado con el desarrollo de software o de programación, se me facilita. Entonces, ahorita trato de unirlo a mi especialidad para tener una profesión un poco más completa", dice.
De acuerdo con el médico, estas prótesis son ideales para que las puedan usar niñas y niños de cuatro años en adelante. Cabe mencionar que ni las valoraciones ni el desarrollo de los dispositivos representan un costo para los pacientes y sus familias.
"Es algo que trato de hacer para ayudar a los niños a que crezcan de una forma más plena y que en un futuro ellos también tengan como esa intención de ayudar a otra persona a través de sus profesiones", resalta.
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El "superpoder" de la confianza
Cuando su paciente recibió la primera prótesis la veía como tratando de comprender cómo funcionaba. Lo primero que el doctor Oscar intentó enseñarle fue a agarrar distintos objetos.
"Le enseñé que al cerrar y levantar el codo, la prótesis se va a cerrar. Y así, tuvimos que empezar a practicar pasando cosas de un lado a otro, y con eso él fue agarrando más confianza y yo empecé a ver cómo le gustaba la idea de utilizar este tipo de aparatos", recuerda el médico.
La misma reacción han tenido los otros cinco niños que ya recibieron su prótesis: al principio empiezan con una sensación extraña, de indecisión por usarlo o no, pero poco a poco ganan confianza y quieren experimentar con los dispositivos.
Confianza. Así es como el doctor Oscar Juárez describe el "superpoder" que dan estas prótesis a las y los niños que ya cuentan con una extremidad.
"La confianza y la aceptación social son como un superpoder que ellos adquieren cuando tienen puestas las prótesis. He visto que son más sociables con otros niños, son más aceptados. Y ellos tienen más confianza en hacer actividades que a lo mejor no hacían, como andar en bicicleta o agarrar una pelota con las dos manos y aventarla", expresa el médico mientras sonríe.
Para él, como líder de este "escuadrón de superhéroes", la mayor satisfacción es ver la cara de los niños cuando las prótesis les empiezan a gustar, y notar cómo esto va mejorando su entorno social.
"Me gusta ver su proceso y el cómo se sienten con más poder. Es algo que me llena de mucha satisfacción, y mi niño interno también está muy feliz de que otro niño tiene este superpoder", agrega Oscar Juárez.
Las prótesis les ayudan a desarrollarse de una forma un poquito más completa y ser aceptados por otros niños".