XALITZINTLA, Puebla.— José Mario camina en medio del bosque rumbo a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, en busca de un "milagrito" contra la pandemia que este año, por primera vez, obligó a millones de peregrinos a celebrar desde casa la fiesta de la Virgen Morena.
De barba cana, José Mario es de los pocos fieles que decidieron caminar los 130 kilómetros que separan a Puebla de la capital mexicana, donde se erige uno de los santuarios religiosos más visitados del mundo.