En su trato con figuras públicas, Celso Piña fue contratado para amenizar actos de campaña de políticos de diferentes partidos y, hace 15 años, fue protagonista de una velada en la que el escritor colombiano, ganador del Premio Nobel de Literatura, se levantó de su silla para bailar sus canciones.
Apenas el 9 de marzo pasado, el músico regio recordó en su cuenta de Twitter cuando, con su "acordeón, un tamborcito y la guaracha", hizo bailar al autor de novelas como Cien años de soledad y a su esposa, Mercedes Barcha.
"En apenas tres minutos, con la música de Celso Piña, que se consideraba propia de los barrios bajos, para los de vestimenta tipo cholo, de zapatos tenis, pantalones guangos y camisa desfajada, bailaron y disfrutaron de lo lindo, las élites del periodismo, de la industria y la cultura, con sus vestidos de gala, trajes de casimir y zapatos bien lustrados", se lee en una crónica que el diario La Jornada publicó sobre ese 2 de septiembre de 2004.
Se trató de un encuentro en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, Nuevo León.