“Con la computadora podremos fortalecer, desde lo público, la capacidad nacional de alto impacto tecnológico y económico. Algunos usos públicos, predicciones, climatológicos, planeación de siembras para mejorar cosechas y en términos de la soberanía alimentaria es importantísimo. Procedimiento de imágenes del suelo y subsuelo, planificación de consumo de energía y procesamiento de grandes volúmenes de datos de aduanas y facturas que previenen actos de corrupción y evasión fiscal”, detalló.
La supercomputadora Coatlicue estará hecha por miles de procesadores que trabajan al mismo tiempo en la solución de un mismo problema que usa millones de datos.
De acuerdo con Peña Merino, cuando México cuente con la supercomputadora se podrán analizar grandes cantidades de datos en segundos, lo que permitirá mejorar decisiones importantes, además, permitirá avanzar más rápido en temas complejos como salud, clima, energía y movilidad.
Coatlicue tendrá la capacidad de realizar 314,000 billones de operaciones por segundo.
Hasta ahora la computadora más poderosa está en Brasil y lleva por nombre Pegaso, pero cuando Coatlicue sea construida superará su poder, así como el de otras supercomputadoras, como Gaia de Brasil, Clementina XXI en Argentina y Yuca en México.
“La computadora más poderosa, más grande de América Latina está en Brasil. Es una súper computadora privada, se llama Pegaso, que tiene 42 plops y 42,000 billones de operaciones por segundo. En el caso de México, que no es menor y que es más en su momento, la más poderosa es Yuca que tiene 2.3 plops. Está en Sonora, en la Universidad de Sonora”, comentó.