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El huachicol pasó del robo hormiga a un asunto de seguridad nacional

El robo de combustible pasó de estar a cargo de trabajadores de Pemex a involucrar a organizaciones criminales e incluso a comunidades.
mié 09 julio 2025 03:24 PM
huachicol-tabasco
En el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se endureció la batalla en contra del huachicol.

Lo que hace años era considerado un robo hormiga a instalaciones de Petróleos Mexicanos (Pemex), hoy se convirtió en un asunto de seguridad nacional para México, debido a la participación del crimen organizado y al incremento de la violencia.

El robo de combustible (huachicol) comenzó desde la década de los 90, pero entonces esa actividad prácticamente solo involucraba a trabajadores de Petroleos Mexicanos. Sin embargo, fue en los gobiernos de Acción Nacional cuando creció de forma exponencial porque se involucraron organizaciones criminales locales, que perforaban ductos para llenar bidones, los cuales eran vendidos de forma ilegal a pie de carretera.

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El combustible fue visto por organizaciones criminales como una actividad de la que se pueden obtener altas ganancias, pues lo único que "invertían" era en el robo.

Víctor Manuel Sánchez Valdés, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila y especialista en seguridad, identifica cuatro tipos de huachicol:

1. Extraer el combustible directamente de los depósitos de Pemex.
2. Perforar ductos para extraer combustible.
3. Robarse las pipas para extraer el combustible.
4. Ingreso de combustible al país sin que paguen los impuestos correspondientes (conocido como huachicol fiscal).

Aseguramiento Huachicol
Pipas enteras son robadas como parte del huachicoleo.

En el Atlas de la Seguridad y la Defensa de México , elaborado por el Colectivo de Análisis de la Seguridad con Democracia y la Universidad de las Américas Puebla, se explica que el huachicol pasó a ser considerado un problema de seguridad nacional.

“El robo hormiga que inició el personal de Pemex y sus contratistas, denominado por estos como huachicol, se convirtió en un problema de seguridad para el país debido a su dinámica y a su expansión en entidades con infraestructura petrolera”, plantea el reporte elaborado por Ana Lilia Pérez.

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La cultura del huachicol

El huachicol ya no ya no solo se trata de perforar ductos y llenar bidones, se convertió en una actividad más sofistificada que requiere de buques, pipas, empresas aduaneras y hasta trenes para operar. Es vital para organizaciones criminales pues de ahí obtienen ganancias multimillonarias.

En mayo pasado el Departamento del Tesoro de Estados Unidos alertó que, desde hace varios años, organizaciones como el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo suministran petróleo crudo robado a redes criminales en EU.

"Es la gallina de los huevos de oro para la empresa de narcoterrorismo. Esta red genera cientos de millones de dólares anualmente (...) y resulta en la pérdida de miles de millones de dólares en ingresos para el gobierno mexicano", reportó en documentos oficiales.

Pero el crimen no lo ha hecho solo, pues cuentan con el apoyo-complicidad de autoridades y funcionarios, así como de poblaciones.

Ana Lilia Pérez expone que en algunas comunidades el robo de hidrocarburos no era visto como algo ilícito, pues al final Pemex era la empresa de todos, por lo que varios se involucraron en el huachicol.

“La realidad es que Pemex fue usada durante muchos años como fuente personal de recursos económicos por autoridades de varios niveles: presidencial, alta burocracia y dirigencia sindical. Dichas prácticas generaron un fenómeno sociocultural que explica el por qué comunidades enteras adoptaron el huachicol como una forma de vida y 'expiaran' su trasgresión con imágenes religiosas caracterizadas como el Santo Niño de Atocha, al que se le cambió la canasta y el báculo por la manguera y el bidón, para convertirlo en "Santo Niño Huachicolero”, comentó.

En algunas comunidades incluso dejaron sus actividades cotidianas para involucrarse en el huachicoleo: sustraer, trasportar, almacenar, comercializar combustible o efectuar labores de vigilancia.

Explosión Ducto Hidalgo
En enero de 2019 una toma clandestina explotó en Tlahuelilpan dejando 137 decesos.

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Ante las pérdidas, el combate

Una de las primeras batallas que emprendió el expresidente Andrés Manuel López Obrador al iniciar su gobierno fue en contra del huachicol, delito por el que estimó en su momento pérdidas anuales de 60,000 millones de pesos.

Muestra de la expansión de huachicol es el número de tomas clandestinas que pasaron de 155 en el año 2000 a 14,916.

Sin embargo, el problema aún no se soluciona, por lo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum puso en la mira el combate al robo de hidrocarburos y realizó decomisos históricos de combustible.

El lunes pasado el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, informó que se aseguraron más de 15 millones de litros de diésel, gasolina y destilado de petróleo.

La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que no habrá impunidad y se sancionará a quienes estén involucrados, lo que incluye a funcionarios.

“Hasta donde tope; o sea, lo que den las investigaciones, hasta donde den. Nosotros no vamos a proteger a nadie, a nadie”, afirmó este martes en su mañanera.

Las autoridades ya identificaron que en las actividades de huachicol están involucrados el Cártel Jalisco, el Cártel de Santa Rosa y La Barredora, pero hay otras agrupaciones locales.

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