"A todas y todos los mexicanos, no hay ningún motivo de preocupación, a nuestros paisanos y paisanas, a sus familiares que están aquí, a las empresarias y a los empresarios mexicanos, no hay motivo alguno de preocupación", dijo Sheinbaum el pasado 6 de noviembre.
"México siempre sale adelante, somos un país libre, independiente, soberano. Va a haber buena relación con los Estados Unidos, estoy convencida de ello”, agregó.
Sin embargo, Trump ha vuelto ha lanzar "dardos" contra México durante el proceso de transición en Estados Unidos, con claras implicaciones en la relación bilateral.
Ya sea vía declaraciones o con publicaciones en redes sociales, Trump advirtió con imponer aranceles a productos mexicanos si no se frena la inseguridad y flujo migratorio hacia su país; también ha adelantado que recurrirá al Ejército para frenar la migración y prometió que en 2026 no habrá revisión, sino renegociación del Tratado Comercial con México y Canadá (T-MEC).
La última de sus amenazas la emitió el lunes: “El 20 de enero, como uno de mis muchos primeros decretos, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un arancel del 25% sobre todos los productos que ingresen a Estados Unidos, y sus ridículas fronteras abiertas”, escribió el presidente electo.
Ello generó que desde México la presidenta Claudia Sheinbaum le enviara una carta, a pesar de que aún no es el presidente constitucional de Estados Unidos, pues el periodo de Joe Biden concluirá en enero próximo.
En su conferencia matutina del martes, la mandataria leyó el contenido de la primera carta que envió a su próximo homólogo, en la que destaca los esfuerzos del gobierno mexicano para contener la migración y el tráfico de drogas. Además, advierte que en respuesta a la imposición de un arancel, vendrá otro.
“Presidente Trump, no es con amenazas ni con aranceles como se va a atender el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos. Se requiere de cooperación y entendimiento recíproco a estos grandes desafíos. A un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes. Sí, comunes. Por ejemplo, de los principales exportadores de México a Estados Unidos son General Motors, Stellantis y Ford Motor Company, las cuales llegaron a México hace 80 años. ¿Por qué ponerle un impuesto que las ponga en riesgo? No es aceptable y causaría a Estados Unidos y a México inflación y pérdidas de empleo”, dice la carta.
Antes de esa carta, el plan de la presidenta de México era demostrar con cifras cómo México ha logrado una reducción del 76% en el flujo de migrantes en la frontera compartida con Estados Unidos, las aportaciones de trabajadores mexicanos a la economía estadounidense y los beneficios que les da ser parte del T-MEC.
Además, Sheinbaum planteaba la posibilidad de realizar una reunión con el presidente electo de Estados Unidos, o con su equipo, ya sea previo a la toma de protesta o una vez asumido el cargo. El objetivo era mostrar la contribución de México a la economía de Estados Unidos, ya sea vía el trabajo de los mexicanos o del Tratado Comercial.
Pero debido a la amenaza de aranceles, el Gobierno de México no esperó a esa reunión y presentó una previsión de lo que ocurriría si Estados Unidos cumple su advertencia: se dará "un tiro en el pie"y traería fuertes consecuencias para su economía.
"Pensamos que al final estos impuestos van a afectar al consumidor en los Estados Unidos, pero también a las empresas y se perderían alrededor de 400,000 empleos", dijo este miércoles el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.