La relación entre el presidente Andrés Manuel López Obrador, las mujeres y las organizaciones feministas ha estado macada por la tensión. En sus poco más de dos años de gobierno, el mandatario ha minimizado la violencia de género, ha pedido a las mexicanas que en sus manifestaciones no pinten las paredes y los monumentos, y recientemente ordenó colocar vallas alrededor de Palacio Nacional.
El titular del Ejecutivo federal insiste en que su administración respeta a las mujeres y trabaja para erradicar las agresiones, pero ha acusado que el movimiento feminista es utilizado por sus adversarios para atacar a su gestión.
"Antes no había esas protestas, empezaron con nuestro gobierno, porque, valiéndose de un movimiento justo, noble, se aprovechan para lanzarse en contra del gobierno", dijo este lunes, a unas horas de las protestas por el Día Internacional de la Mujer.
El 2020 marcó la relación de López Obrador con las mujeres. Previo a la marcha de 8 de marzo, cientos de mujeres se manifestaron contra el feminicidio de Ingrid Escamilla , una joven de 25 años asesinada por su pareja. Mujeres encapuchadas pintaron las paredes de Palacio Nacional y la Puerta Mariana, por donde solían ingresar los secretarios de Estado.
En una de sus conferencias matutinas, el presidente solicitó a las mujeres que no rayaran las paredes de Palacio Nacional, como días antes lo habían hecho para escribir nombres de víctimas de feminicidio y frases como "México feminicida".
"Pido a las feministas, con todo respeto, que no nos pinten las puertas, las paredes, que estamos trabajando para que no haya feminicidios", dijo.
Otro momento que ha molestado a las mujeres fue cuando, en una conferencia, se le intentó preguntar al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, sobre su propuesta de eliminar el tipo penal sobre el feminicidio, y el presidente intervino para señalar que el motivo de la asistencia de Gertz era entregar un cheque de 2,000 millones de pesos al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
"La verdad, ofrezco disculpas por decir… Sí es importante lo del feminicidio, o sea, pero ya estoy viendo cómo esa va a ser la nota, el feminicidio”, dijo entonces .
Mujeres protestaron afuera de Palacio Nacional y quemaron réplicas del billete de la rifa alusiva al avión presidencial que organizaba el gobierno federal.
Meses después, otro hecho molestó a las mujeres, pues el presidente minimizó las cifras de violencia. En mayo, a tres meses del confinamiento a causa de la pandemia, López Obrador dijo que 90% de las llamadas al 911 era falso, a pesar de que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, había reconocido que en los últimos meses se había incrementado la violencia de género.
"Otro dato, que no quiere decir que no exista la violencia contra las mujeres, porque no quiero que me vayan a malinterpretar, porque muchas veces me sacan de contexto, lo que digo, el 90% de esas llamadas son falsas, está demostrado", afirmó.
En lo que va del sexenio, en México se han registrado 2,103 feminicidios.
En las últimas semanas, otro tema que causó polémica fue la postulación por Morena de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero. Al presidente se le pidió dejar de respaldar la nominación del senador con licencia, contra quien hay señalamientos de violencia sexual; sin embargo, evadió la petición y aseguró que esa fue una decisión de los guerrerenses.
Días después, dijo que él desconocía a qué pacto se referían las mujeres cuando le pidieron romper el pacto patriarcal.
Ante las constantes manifestaciones para que el presidente rompiera ese pacto, él aseguró que respeta a las mujeres pero "ya chole" con las campañas contra Salgado Macedonio.
"Entonces ya, como dicen algunos, ¿no? 'Ya chole'...", dijo, lo que generó un movimiento en redes sociales.
#YaChole con feminicidios, #YaChole con desapariciones de mujeres y niñas, #YaChole con pretextos machistas, #YaChole con la violencia contra las mujeres, #YaChole con proteger a violadores y #YaChole con la misoginia fueron algunas exigencias.
Libertad para marchar... con vallas
Días antes de la marcha del 8 de marzo, el presidente aseguró que, pese a la pandemia, no habría restricciones para salir a manifestarse. Sin embargo, el viernes se colocaron vallas en Palacio Nacional, donde vive y trabaja el mandatario.
Aunque el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez, afirmó que el cerco es "un muro de paz" para proteger y cuidar el patrimonio de los mexicanos, no para reprimir, las vallas causaron críticas e indignación de cientos de mujeres.
"No ponemos la valla y entonces hay que poner a granaderos, mujeres u hombres, frente a frente. Es exponer la vida de quienes se están manifestando, quienes están protestando y también de servidores, servidoras públicas. Entonces, es prevenir", justificó López Obrador.