La cancelación del aeropuerto en Texcoco, los grandes proyectos como los de Santa Lucía y Dos Bocas son algunas de las diferencias que el ahora exsecretario de Hacienda Carlos Uruzúa tuvo con Andrés Manuel López Obrador.
Aunque la gota que “casi derrame el vaso” fue el pleito en que se embarcó el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett, por el tema de los gasoductos.
“Bartlett no quiere entregar ese gasoducto y pretende renegociar el contrato, pero no está evaluando correctamente su costo, porque al parecer no entiende el concepto de valor presente”, cuenta Carlos Urzúa, en una entrevista para la revista Proceso, publicada en su más reciente edición.
El pleito legal paraliza una infraestructura que, en el caso del ducto que corre del sur de Texas a Tuxpan , aunque está terminado, no puede operar por este conflicto, apunta el ex funcionario.
El ex titular de la Secretaría de Hacienda renunció a su cargo, y difundió una carta a través de Twitter donde mostraba que sus discrepancias con algunas decisiones de la actual administración de López Obrador, además de acusar de posibles conflictos de interés al interior de su equipo.
La renuncia de Urzúa representa un duro golpe para López Obrador, ya que aumenta la incertidumbre sobre el futuro financiero del país, coincidieron analistas consultados por Expansión.
“Es un golpe muy duro. La renuncia viene acompañada de un mensaje muy claro por parte de una persona que, evidentemente, era muy cercano al presidente. Una persona que durante estos meses indicó el apoyo y el acompañamiento en la visión del presidente”, dijo Alexandra Zapata, directora general adjunta del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Para Jaime Reusche, vicepresidente senior credit officer de Moody’s Investors Service, la renuncia evidencia disputas de fondo dentro de la administración federal en torno al proceso de toma decisiones en materia de política económica.
