México en la COP30
La COP30 es la trigésima edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el foro internacional más importante para definir y negociar acciones globales frente a la crisis climática.
Celebrada en Belém do Pará, Brasil, desde el pasado 10 de noviembre y hasta este viernes 21,esta cumbre reúne a gobiernos, científicos, organismos internacionales, empresas, sociedad civil y pueblos indígenas para acordar medidas que permitan limitar el calentamiento global y acelerar la transición hacia modelos de desarrollo más sostenibles.
La COP30 es relevante porque marca un punto crítico en la implementación del Acuerdo de París, — tratado internacional que desde 2015 busca combatir el cambio climático y limitar el calentamiento global a menos de 2° Celsius, con el objetivo de mantenerlo por debajo de 1.5° C—.
Es así que este año, los países estuvieron llamados a presentar metas climáticas más ambiciosas, fortalecer sus planes de adaptación y avanzar en mecanismos de financiamiento climático, cooperación tecnológica y estrategias para enfrentar pérdidas y daños derivados de fenómenos extremos.
En este contexto, México presentó su NDC 3.0, una actualización de su compromiso climático.
La secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena Ibarra, destacó durante su participación en este foro, que la COP debe ser un “punto de inflexión” para la acción climática global e hizo un llamado a garantizar financiamiento real, cooperación técnica y corresponsabilidad entre naciones.
Bárcena afirmó además que la COP30 representa “una COP de la verdad”, en la que los impactos climáticos —las llamadas pérdidas y daños— deben reconocerse como realidades que afectan vidas, territorios y economías.
Recordó que México aporta solo el 1.5% de las emisiones globales, pero enfrenta una vulnerabilidad creciente frente a eventos extremos. Por ello, la NDC 3.0 incorpora por primera vez un componente de Pérdidas y Daños, un marco ampliado de adaptación, y una nueva visión social transversal basada en derechos humanos, igualdad, juventudes y enfoque territorial.
Además de su intervención principal, México participó en diversos diálogos multilaterales sobre transición industrial y presentó junto con Guatemala y Belice la Iniciativa del Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, proyecto trinacional para fortalecer la gobernanza ambiental y proteger uno de los corredores de biodiversidad más importantes del planeta.