La principal polémica sobre este operativo es porque cientos de armas terminaron en manos de integrantes del crimen organizado y causaron muertes.
Un Tribunal Federal mexicano dictó auto de formal prisión en contra de Cárdenas Palomino, quien fue director de Seguridad Regional de la extinta Policía Federal. Se le acusa por omisiones para permitir que las armas ingresaran a México.
En julio de 2021, Palomino fue detenido, acusado por tortura en contra del hermano y sobrino de Israel Vallarta, el presunto líder de la banda "los Zodiaco" y quien desde el 2005 está preso acusado de secuestro.
El operativo Rápido y Furioso se consideró un fracaso porque no se llegó a las bandas de narcotraficantes, pero sí incremento la violencia. Con una de esas armas, durante un tiroteo en Arizona, se asesinó al agente fronterizo Brian Terry.
Felipe Calderón, quien encabezaba el Ejecutivo, ha negado que se hicieran tratos para meter armas de contrabando a México.
En 2001, Palomino se convirtió en el primer director general de Investigación Policial de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI). Luego, con la llegada de Felipe Calderón a la Presidencia de México, asumió varios cargos dentro de la Secretaría de Seguridad Pública Federal, entre ellos como titular de Seguridad Regional y el de coordinador de Inteligencia para la Prevención del Delito.
Cárdenas Palomino jugó un papel crucial dentro de la fallida estrategia de seguridad de Felipe Calderón, cuyo objetivo era hacer frente al crimen organizado y detener a los principales líderes.
Su jefe, Genaro García Luna, está preso en Estados Unidos, sentenciado a décadas de cárcel por haber colaborado con el Cártel de Sinaloa.