El 12.8% de hijas e hijos de mujeres residentes de refugio no ingresaron con ellas debido a violencia vicaria, lo que pone de manifiesto cómo la violencia machista también se ejerce como castigo y control a través de las niñas y niños.
Además, en el 83.7% de los casos, el agresor de las hijas e hijos fue el mismo que el de sus madres. En tanto que el 89.6% de los agresores fueron parejas o exparejas de las mujeres.
Además se reportó que el 33.2% de los agresores utilizaron armas de fuego, el 47.3% contaba con antecedentes penales y el 19.5% tenía vínculos con sectores militares o políticos.
Nueva campaña por el derecho a vivir sin violencias
Tras dar a conocer las cifras de este reporta, la RNR también lanzó la campaña “Vivir sin Violencias y Acceder a un Refugio es Mi Derecho”, con el objetivo de amplificar las voces de las mujeres usuarias de los refugios y exigir que su derecho a la protección no sea condicionado.
“Hablar de refugios no es solo hablar de espacios físicos, sino de vidas que merecen ser protegidas con presupuesto garante y una política pública con perspectiva de género”, señaló la Red.
La organización enfatizó que el acceso a refugios no debe limitarse únicamente al riesgo feminicida, ya que esto invisibiliza otras formas de violencia que también ponen en peligro la vida y dignidad de las mujeres.
La campaña incluye cápsulas audiovisuales, postales y materiales de difusión que buscan involucrar a la sociedad en la defensa de este derecho y sensibilizar sobre la urgencia de contar con refugios accesibles, suficientes y con recursos sostenidos.