María Scherer narra el proceso de contacto inicial que la llevó al encuentro con "El Mayo" Zambada.
Salud y vida personal
Ismael "El Mayo" Zambada confirmó que su salud se encontraba comprometida. Admitió padecer diabetes y cáncer, además de una fractura de fémur que había requerido varias cirugías. A pesar de ello, declaró que estas condiciones no afectaban su liderazgo dentro del Cártel de Sinaloa.
Zambada también compartió detalles sobre su rutina diaria, que incluía paseos matutinos en el monte antes de que el calor se volviera insoportable. Aunque evitó hablar en profundidad sobre su vida personal, destacó su apego a la familia y su devoción por mantener ciertas tradiciones.
Relación con Julio Scherer García
El capo mexicano dijo tener un respeto profundo por Julio Scherer García, recordando el impacto que tuvo su encuentro en 2010. En su residencia, María Scherer observó un cuadro que retrataba a su padre junto al narcotraficante, una imagen que, según él, simbolizaba un vínculo de confianza y admiración mutua.
Narcotráfico y responsabilidad
Uno de los temas del encuentro, a decir de la periodista, fue el papel del fentanilo en el narcotráfico. Zambada negó cualquier participación en la producción o distribución de esta droga sintética, a pesar de las acusaciones de las autoridades estadounidenses. "El fentanilo es muy peligroso", afirmó. También desestimó las versiones que lo vinculaban con laboratorios desmantelados en Sinaloa.
Política y crimen organizado
Zambada admitió que la corrupción permea todos los niveles del gobierno en México. "Hay gente metida en todos lados", declaró refiriéndose a la complicidad entre narcotraficantes y autoridades. Aunque no dio nombres, señaló que esta situación no era exclusiva de las corporaciones policiales, sino que también involucraba a gobernadores y funcionarios públicos.
Sobre la relación entre el narcotráfico y la política, evitó hacer comentarios comprometedores, limitándose a señalar que los medios de comunicación frecuentemente exageran o distorsionan la información.
La entrevista concluyó con un recorrido por el cementerio familiar, donde Zambada reflexionó sobre la muerte y el legado. En un país marcado por la violencia y las desapariciones, destacó que enterrar a los muertos es un privilegio que no todos pueden permitirse. "Conozco ese dolor", admitió, aludiendo tanto a sus propias pérdidas como al sufrimiento de miles de familias mexicanas.