El análisis es del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y dan cuenta de los retos que todavía enfrenta el país para garantizar el derecho a la educación.
Además de la infraestructura deficiente en algunas escuelas, la baja cobertura educativa es otro obstáculo. Las niñas y niños menores de 5 años y la juventud de 18 a 24 años son quienes más quedan fuera del sistema educativo.
En 2022, 4.8% de las infancias de 0 a 2 años no asistió a servicios de educación inicial; 23.9% de quienes tenían entre 3 y 5 años no fueron inscritos en preescolar, y 70% de jóvenes no cursa la educación superior.
La baja disponibilidad de universidades, de 0.6 por cada 1,000 jóvenes, es una de las razones por las que apenas uno de cada tres asiste a escuelas superiores, explica el Coneval.
Esta desigualdad se agudiza en la población hablante de lenguas indígenas. En 2022, solo el 9.4% de estos jóvenes asistió a educación superior, en comparación con el 35.9% de los jóvenes no hablantes de lengua indígena que sí lo hicieron.