Hace apenas tres meses, Claudia Sheinbaum estaba en su mejor momento tras obtener la mayor votación en la historia de México para convertirse en la primera mujer en gobernar el país.
La moneda estaba a punto de alcanzar un máximo de varios años, las relaciones con Estados Unidos eran amistosas y los inversores compartían cierto optimismo de que Sheinbaum pudiera presentar un estilo de liderazgo menos polarizador que el de su predecesor y guía político, Andrés Manuel López Obrador.
Ahora las cosas lucen muy diferente.
Es probable que esta semana el Senado apruebe una controvertida reforma al Poder Judicial mexicano que, según críticos, amenaza el estado de derecho del país y podría arruinar la luna de miel de Sheinbaum antes incluso de que tome posesión el 1 de octubre.
En una cruzada autoproclamada para transformar México, López Obrador está usando sus últimos días para impulsar la reforma en el Congreso, que plantea que jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte sean elegidos a través del voto popular.
-Con información de la agencia Reuters.