También han identificado medicamentos originales que se venden fuera de farmacias porque han sido robados y se convierten también en un producto riesgoso.
“Si pensamos en estos puestos ambulantes, los tianguis, con tanto calor que ha hecho y los medicamentos ahí tirados en el suelo, aún cuando hayan sido originales, no hay ninguna garantía de su seguridad, su calidad y su eficacia, porque no sabemos cómo fueron resguardados, si les llovió, si llevan horas en el sol y resulta que eran productos que requerían refrigeración, en fin, todo esto pone en riesgo a los pacientes, a los usuarios”, advierte.
Aunque las autoridades sanitarias han identificado sitios irregulares de venta de medicamentos robados o falsificados, es complicado acabar con ese mercado. En el caso de la comercialización por internet, porque las páginas que ofertan los productos desaparecen y se crean nuevas con frecuencia. Pero en los tianguis y mercados, ha faltado una intervención más estricta.
“Hay todo un mercado negro, que no sabemos quiénes están detrás de este mercado negro, pero que existe y está produciendo medicamentos a consecuencia del desabasto, porque las personas los necesitan y por las vías, por el sector público no se los brindan y por la vía privada, o no hay o sus precios en el mercado son muy elevados, así que se aprovechan de esto estos productores y terminan creando medicamentos falsificados que venden a más bajo costo”, lamenta Romay.