A los programas gubernamentales que apoyan los trabajos de cuidado se les aprobó un presupuesto 21.7% menor en 2024 respecto a lo ejercido en la recta final del sexenio pasado.
En 2017, el año previo a que tomara posesión Andrés Manuel López Obrador, se gastaron 57,333 millones de pesos y para este año se aprobaron 44,870 mdp, expone un análisis del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).
El gasto en cuidados se divide en 12 programas prioritarios que benefician o contribuyen al cuidado de seis grupos poblacionales: bebés, infantes, adolescentes, mujeres con hijos e hijas, personas con discapacidad y adultas mayores.
Recortar esta inversión tiene graves efectos en el combate a la desigualdad: con menos apoyo gubernamental, las familias continúan absorbiendo esta tarea, principalmente las mujeres, lo que les impide entrar al mercado laboral o aceptar empleos de tiempo completo. Quienes son económicamente activas, trabajan dos o hasta tres jornadas sin una remuneración suficiente.
“La ausencia de políticas y sistemas de cuidados delegan las labores de cuidados a las familias y éstas son asumidas principalmente por las mujeres, lo cual las limita en términos laborales y provoca consecuencias de estrés y carga mental”, apunta Tania Beltrán Castillo, autora del informe.
Durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se observa un retroceso en esta materia, al pasar de otorgar servicios de cuidados a transferencias monetarias a la población que los requiere o los brinda.
El Gobierno federal eliminó los programas Escuelas de Tiempo Completo y Seguro de Vida para Jefas de Familia. Además, modificó el funcionamiento de las Estancias Infantiles: en vez de seguir brindando el servicio directo, ahora se hacen transferencias monetarias a las familias, lo que no garantiza que usen las guarderías o que las mujeres dejen de realizar la labor de cuidado de infantes.
“Esto resulta en consecuencias para las madres que deben abordar las responsabilidades de cuidado y, además, limita la posibilidad de las infancias a tener una educación integral”, explica la autora.
👶🧓 El presupuesto para cuidados en 2024 es de 44 mil 870 mdp, 21.7% menor a lo ejercido en 2017. Además, se han priorizado los programas de transferencias monetarias frente a la prestación de servicios.
— CIEP, A.C. (@ciepmx) January 23, 2024
En #CIEP identificamos el presupuesto para cuidados y a las personas… pic.twitter.com/8EhndKqufe
En el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2024 se prevén 44,870 millones de pesos en programas que contribuyen a los cuidados, cifra que equivale al 0.7% del gasto programable total.
Los programas para la primera infancia, que consideran a menores de 0 a 6 años de edad, concentran el 49.5% del presupuesto; los programas para niñas y niños de hasta 12 años obtienen el 31.3%, y los destinados a adolescentes de hasta 17 años, 17.2%.
Las iniciativas de apoyo a madres, hijos e hijas apenas reciben 1.1% del gasto para cuidados; a los programas para personas con discapacidad y adultas mayores se les asigna el 0.1% y 0.8%, respectivamente.
Sin embargo, casi la mitad del presupuesto total destinado a cuidados es para las personas con seguridad social.
De acuerdo con el análisis del CIEP, 49.5% se va a los centros de atención a primera infancia del IMSS e ISSSTE. Es decir, son para las hijas e hijos de quienes trabajan en el sector formal, y al programa de expansión de la educación inicial de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Los grupos que reciben la menor cantidad de recursos para cuidados son mujeres, hijas e hijos, las personas con discapacidad y adultos mayores”,
"Aunque este último grupo recibe pensiones, esta política no tiene como finalidad disminuir ni redistribuir las responsabilidades de cuidado”, detalla la analista.
Las decisiones del Gobierno federal en cuanto a los servicios de cuidados no contribuyen a la implementación de las recomendaciones de la ONU, conocidas como Erres del Cuidado.
Estas directrices instan a los gobiernos a reconocer la labor de cuidados, a reducir el tiempo que las mujeres dedican a este trabajo y a redistribuirlo de manera justa, con la remuneración debida.
Por ello, la autora considera necesario crear nuevas y mejores políticas públicas que concreten el Sistema Nacional de Cuidados.
“Frente a una sociedad que envejece y una mayor incorporación de mujeres a la actividad laboral, persiste la desigual distribución de las responsabilidades de cuidado y las tareas domésticas. Se requiere una nueva organización social del cuidado”, subraya.
