Las instalaciones, inmuebles y equipos en mal estado “son aquellos que, por su estado de deterioro u obsolescencia, pudieran poner en riesgo la continuidad y seguridad de los servicios, por lo que demandan gastos mayores por concepto de operación y conservación”, explicó el IMSS en su Informe Financiero 2023, publicado en julio de este año.
Los equipos médicos del Seguro Social también han empeorado. En 2021, 6.5% de los dispositivos médicos estaba en mal estado en los hospitales del segundo nivel de atención, y para 2022, el porcentaje subió a 9.5%.
“Debido a la gran demanda de servicios que se proporcionan en el Instituto, los equipos médicos son utilizados bajo intensas jornadas de trabajo y operación, por lo que tienen mayor riesgo de deteriorarse rápidamente”, expone el informe.
Las clínicas y hospitales del IMSS-Bienestar también están deteriorados. De las 4,071 unidades médicas de este programa, 53% tiene más de 40 años de antigüedad y 10% de los inmuebles del segundo nivel estaba en mal estado de conservación.
“En el segundo nivel de atención destaca el fin de la vida útil de los equipos, aún y cuando se realizan labores de mantenimiento rutinario, preventivo y correctivo, ya que actualmente no cuentan con un programa permanente de sustitución”, reconoce el propio Instituto.
A decir de Carolina Gómez, consultora en salud pública y excoordinadora de IMSS-Oportunidades, el Seguro Social enfrenta un gran reto: dar atención a sus afiliados y, ahora, coordinar los servicios para la población abierta del país con un incremento mínimo de recursos.
“No hay forma de que el IMSS-Bienestar ni el sistema de salud puedan otorgar el acceso a la salud que requieren todos los mexicanos”, advierte.