"Luego de que 2022 fuese un año récord, en el que cerca de 250,000 personas refugiadas y migrantes arriesgaron sus vidas atravesando el Darién en busca de protección y mejores oportunidades, el primer trimestre de 2023 apunta a un aumento en el tránsito de personas por esta vía", dice el comunicado.
"Panamá enfrenta una de las crisis de movimientos mixtos más desafiantes de la última década, como parte de un desplazamiento sin precedentes a través de las Américas", agregaron ACNUR y OIM.
La mayoría de los migrantes que atravesaron el Darién son de Venezuela. Le siguen personas de Haití y Ecuador. En los últimos años, 7.1 millones de venezolanos han abandonado su país, según cifras de la ONU, tratando de escapar del prolongado colapso económico y social de la otrora próspera nación petrolera.
Quienes cruzan el Tapón del Darién o llegan a través de rutas marítimas desde Sudamérica, están expuestos a la violencia, abuso sexual, trata de personas y enfermedades.
"Es urgente trabajar en una solución regional basada en la protección para responder a esta crisis humanitaria sin precedentes en las Américas", sostuvo el comunicado.
A principios de semana, Estados Unidos, Panamá y Colombia acordaron establecer un plan de 60 días para abordar el problema de la migración irregular a través del Darién, desmantelar los grupos de traficantes de personas y generar empleos en las comunidades fronterizas.
(Reporte de Elida Moreno; editado por Diego Oré)