Una dieta saludable, describe el organismo internacional, se basa en una amplia variedad de alimentos no procesados o mínimamente procesados de todos los grupos nutricionales e incluye un mínimo de cinco porciones de frutas y verduras al día.
Entre abril de 2021 y abril de 2022, el precio de los alimentos subió 11% en México, por encima del aumento de otros productos. Esta situación provoca que las familias con menos recursos gasten hasta 49% de su presupuesto en comida, mientras que los grupos con ingresos altos destinan 18% de sus ingresos a los alimentos.
“Una mayor inflación alimentaria afecta desproporcionadamente la capacidad de las familias de bajos ingresos para comprar alimentos”, subraya el informe.
Aunque México es uno de los países de América Latina con costos más bajos para una dieta saludable, de 3.29 dólares diarios por persona (61 pesos mexicanos, según el tipo de cambio de este jueves), alrededor de 33 millones de mexicanos no pueden costearla.
Carecer de una dieta sana afecta gravemente la nutrición y salud de las poblaciones más vulnerables, incluidos los niños, las niñas y las mujeres. Esta carencia se asocia, además, con el hambre, el retraso en el crecimiento de los menores de 5 años y la anemia en mujeres de 15 a 49 años, advierte la FAO.