En principio, la discusión se centró sobre la decisión de los legisladores de Morena y aliados en la Cámara de Diputados de avalar un paquete de reformas para que el control operativo, financiero y administrativo de la Guardia Nacional sea transfiera a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Las reformas fueron turnadas al Senado, donde también fueron aprobadas.
Posteriormente, y ante la falta de votos, Morena y sus aliados devolvieron a comisiones del Senado de la República el dictamen que les envió la Cámara de Diputados sobre la reforma al artículo 5º transitorio del decreto constitucional para ampliar hasta 2028 el uso de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública.
El 9 de septiembre, 21 gobernadores de Morena y de partidos aliados, así como la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, respaldaron mediante un desplegado, la adscripción de la Guardia Nacional a la Sedena, tanto administrativa como operativamente.
“Respaldamos la política de seguridad del presidente Andrés Manuel López Obrador… La presencia de la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas en nuestras entidades son un gran apoyo para disminuir los índices delictivos y pacificar nuestros territorios”, precisaron los mandatarios locales.
Sin embargo, antes y después de esa fecha, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha solicitado a los gobernadores definirse sobre intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad.
El pasado 30 de junio, en el marco del tercer aniversario de la creación de la GN, el Ejecutivo Federal pidió a los gobernadores de todo el país interceder para que los legisladores federales de sus respectivos estados apoyen la iniciativa para incorporar a la Sedena a la Guardia Nacional.
Recientemente, el 12 de septiembre los llamó a definirse sobre intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad.